Se reaviva la tensión racial en Estados Unidos
Una fiscalía decidió no acusar a un policía que asesinó, el año pasado, a un niño afroamericano que llevaba una pistola de juguete, lo que desató las criticas de los familiares de la víctima que calificaron al proceso judicial de «farsa» y de los movimientos contra la violencia policial y el racismo en Estados Unidos.
La Oficina del Fiscal del condado estadounidense de Cuyahoga, en Ohio, decidió hoy no presentar cargos contra el oficial Timothy Loehmann, que realizó los disparos con los que asesinó, en 2014, a Tamir Rice, un menor afro de 12 años que portaba un arma de juguete en un parque de la ciudad de Cleveland.
Tampoco será presentada acusación contra el efectivo Frank Garmback, compañero de Loehmann, que también participó en el hecho.
Por su parte, la familia de la víctima criticó en varias ocasiones la lentitud de la investigación y hoy la madre del menor, Samaria Rice, consideró en un comunicado que el proceso judicial fue «una farsa».
El asesinato ocurrió en noviembre de 2014 cuando los dos agentes respondieron a una llamada al teléfono de emergencia de la Policía en la que un vecino avisaba de que un joven estaba manipulando un arma «probablemente falsa» en un parque, algo que los agentes argumentaron que no les fue informado.
Sin embargo, en un video con las imágenes de los hechos que fue distribuido al público se puede ver cómo los dos policías detienen el patrullero a pocos metros de Rice e inmediatamente y después de salir del vehículo, Loehmann dispara contra el menor causándole la muerte.
En un testimonio escrito, el oficial Loehmann justificó su accionar con el argumento de que el niño echó mano a su pistola de plástico, que él creyó que era real.
«No quiero que mi hijo haya muerto para nada, me niego a dejar que su legado o su nombre sean ignorados. Vamos a seguir luchando para obtener justicia para él y para todas las familias que viven con el mismo dolor que nosotros», aseguró hoy en su comunicado la madre del joven, Samaria Rice, citada por EFE.
Basándose en el vídeo, la familia afirma que al adolescente Tamir Rice le dispararon solo un segundo después de la llegada de los policías y que en ningún momento se le dio oportunidad de cumplir con las órdenes verbales que supuestamente los agentes dieron al menor para que soltara su arma de juguete.
A medida que la noche caía, activistas y líderes comunitarios se dieron cita en el parque donde Tamir murió, unieron sus manos bajo la lluvia, guardaron un momento de silencio y cantaron el lema «sin justicia, no hay paz» para después marchar por diferentes puntos de la ciudad.
La familia de Rice, denunció que el proceso judicial estaba totalmente armado para exculpar a los policías y demandó a la ciudad de Cleveland y a ambos efectivos por la muerte de su hijo.
La muerte de Rice llevó hoy a activistas por los derechos civiles de todo el país a reclamar justicia contra la brutalidad policial, que se sigue dando con mayor frecuencia contra los afronorteamericanos.
El nombre de Tamir Rice se encuentra dentro de los recientes casos de muertes de afros a manos de policías blancos en circunstancias controvertidas en diferentes partes de Estados Unidos, como Michael Brown en Ferguson (Missouri), Eric Garnet en Nueva York y Freddie Gray en Baltimore (Maryland).
Estos actos de racismo provocaron el nacimiento de un nuevo movimiento civil a nivel nacional llamado «Black Lives Matter» («Las vidas negras importan») y que reclama el fin de la violencia policial contra la comunidad afronorteamericana.