El partido que jugó la Selección el mismo día del Golpe
El 24 de marzo de 1976, mientras era derrocada Isabel Perón, Argentina disputaba un amistoso en Polonia. Fue lo único que se televisó ese día además de los Comunicados de la Junta Militar.
“Muchachos, nosotros estamos comunicados con nuestro país, donde ha sucedido algo. Ha habido un golpe militar sin derramamiento de sangre y han derrocado a nuestra presidenta”.El 24 de marzo de 1976, los jugadores de la selección argentina se enteraban de esa manera lo que sucedía en el país. Estaban a 13 mil kilómetros de distancia de Buenos Aires, donde el Teniente General Jorge Rafael Videla asumía la presidencia de facto. La noticia la escuchaban de boca de José María Muñoz, el relator que se convertiría en emblemático en los años por venir y en especial en el Mundial de 1978.
Un rato después, el equipo dirigido por César Luis Menotti debía salir a la cancha. Lo esperaba un duelo ante Polonia en el estadio de la ciudad industrial de Chorzow. Aquel amistoso depararía una de las mejores actuaciones de la Albiceleste en Europa. Pero se convertiría, también, en el primer ejemplo del uso propagandístico que la Dictadura le daría al fútbol: en una jornada en la que sólo se emitieron los comunicados de la Junta Militar con el escudo como fondo de pantalla, el único programa que pudieron ver los argentinos en sus televisores aquella jornada negra fue el triunfo 2-1 de la Selección. En vivo, por Canal 7, y con el relato de Fernando Niembro.
La gira por la Europa del Este
El partido formó parte de una gira que el seleccionado nacional encaró por Europa del Este para una serie de amistosos. El primero había sido el 20 de marzo en Kiev, frente a la Unión Soviética. Sobre un campo de juego nevado, bajo el frío impiadoso de Ucrania y ante uno de los grandes equipos del primer lustro de la década del ’70, Argentina conseguía una victoria épica gracias a un solitario gol de Mario Alberto Kempes, quien dos años después sería el máximo artillero de la Copa del Mundo.
En la mitad de camino hacia el Mundial organizado en la Argentina, el ciclo de Menotti que había comenzado en la segunda parte de 1974 atravesaba en los días previos a la gira uno de sus primeros cortocircuitos importantes. La excursión a Europa del Este llegaba en medio del desarrollo de la Copa del Atlántico, un torneo desarrollado entre febrero y abril con Brasil, Uruguay y Paraguay, pero sobre todo en una disputa con los clubes que jugaban la Copa Libertadores de ese año, en especial River, que tenía a cinco futbolistas convocados.
Menotti tenía pensado alternar en el arco durante la gira a Ubaldo Matildo Fillol y a Hugo Orlando Gatti, pero el Pato no estaba de acuerdo porque sostenía que el arquero necesitaba continuidad, por lo cual se bajó del viaje. El DT había decidido entonces no volver a convocarlo, sobre todo después de las grandes actuaciones que tuvo el Loco en los amistosos en Europa. Pero la historia demostró que fue marcha atrás con esa decisión.
El duelo ante la URSS dejó además los debuts en la Selección de dos defensores emblemáticos: Daniel Passarella –entró en el segundo tiempo- capitán del campeón del mundo de 1978 y único integrante de los dos planteles argentinos que ganaron un Mundial; y Jorge Mario Olguín.
24 de marzo: el partido del Golpe
Cuatro días más tarde llegaría el compromiso más difícil de la gira. Polonia disfrutaba de la que sería la mejor generación de futbolistas de su historia. Había sido tercero en el Mundial de Alemania, y campeón olímpico en Munich 1972. En 1976 ganaría la medalla de plata y volvería a ocupar el podio en la Copa del Mundo de España 1982, en el final de la carrera de los últimos baluartes de aquel equipo. Kazmierz Deyna, el máximo ídolo del fútbol polaco,Zmuda, Boniek y Lato eran algunos de esos nombres.
Pero como si el desafío deportivo no fuera suficiente, el seleccionado argentino debió afrontar el partido con la noticia del Golpe que horas antes había derrocado al gobierno de María Estela Martínez de Perón.
“Todos estábamos muy preocupados y no únicamente Kempes y yo, como tantas veces se dijo. Nos habíamos ido del país con un gobierno democrático y cuando regresamos al país era todo diferente. Teníamos mucho miedo a todo, a lo que fuera. A una guerra civil, por ejemplo. Llegó a la concentración una orden del propio Videla diciendo que la Selección ‘tenía que jugar’ ese encuentro ante Polonia”. Así recuerda aquella jornada Héctor Scotta, el goleador de San Lorenzo, en una nota de Página 12 de 2006. La nota, firmada por el periodista Pablo Vignone, intenta reconstruir cómo vivieron los jugadores aquella noticia nefasta. Recoge los testimonios de varios de ellos, como Ricardo Bochini, Marcelo Trobbiani, Alberto Tarantini y René Houseman. Los recuerdos, quizás por el paso de 30 años, son a veces contradictorios sobre si la noticia de Muñoz fue antes o después del partido.
“Estábamos en el hotel y faltaban tres o cuatro horas para el partido”, dice Trobbiani. “Analizamos la posibilidad de no jugar, pero faltaba muy poco para empezar el partido y ya había gente en la cancha. Después, Menotti nos reunió y nos pidió que nos tranquilizáramos.El sentimiento fue horrible durante el trayecto en el micro y en el vestuario. No bien el árbitro pitó el final, les preguntamos a los periodistas si tenían alguna novedad y yo pude comunicarme con mi familia”.
El partido se disputó a las 13.30 hora argentina. Ese día se habían suspendido todos los espectáculos y lo único que pasó la televisión fueron los 31 comunicados de la Junta Militar. Claro que el número 23 advirtió la excepción: “Queda exceptuada de la transmisión por cadena nacional la propalación programada para el día de la fecha del partido de fútbol que sostendrán las selecciones de la Argentina y Polonia”.
Era el primer capítulo de la utilización que la Dictadura le dio al fútbol como medio de propaganda política. Argentina ganó 2-1, en gran reacción después de estar en desventaja. Formó con Hugo Gatti; Alberto Tarantini, Jorge Olguín, Daniel Killer y Jorge Carrascosa; Marcelo Trobbiani (66m Osvaldo Ardiles), Américo Gallego y Ricardo Bochini; Héctor Scotta (64m René Houseman), Leopoldo Luque y Mario Kempes.
El primer gol lo hizo el Gringo Scotta, reemplazado luego por el Loco Houseman, autor del segundo. Y después llegó la orden de la Junta Militar: la gira debía seguir. Y siguió mal, porque la selección cayó luego 2-0 ante Hungría y cerró con otra derrota, ante Herta Berlín. La noticia del Golpe, y sobre todo la incertidumbre por estar del otro lado de la Cortina de Hierro, habían hecho mella en el equipo.