«Fue una reunión muy cordial, en la que se entabló un muy lindo diálogo», dijeron a Télam fuentes oficiales tras el encuentro que duró aproximadamente 55 minutos y que tuvo lugar en la residencia presidencial de Olivos.Tanto el gobierno como los representantes de la Iglesia coincidieron en destacar la necesidad de trabajar juntos en la «unidad de los argentinos y la educación».

Un comunicado del Episcopado afirmó que durante el encuentro «se conversó sobre la situación social y la necesidad de ir reduciendo los niveles de pobreza que preocupan», a tono con las cifras del obsevatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina que advirtió sobre un aumento de los índices de pobreza.

De la reunión participaron el presidente de la CEA y arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo; el vicepresidente primero y arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli; y el secretario general del organismo y obispo de Chascomús, monseñor Carlos Malfa, mientras que el vicepresidente segundo Mario Cargnello no pudo concurrir porque se encuentra fuera del país.

Acompañando a Macri se encontraban el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el secretario de Culto, Santiago de Estrada; y el subsecretario Alfredo Abriani.

La audiencia -la segunda que la Iglesia mantiene con Macri desde que asumió hace 5 meses- había sido solicitada por los obispos para invitar formalmente al mandatario al Congreso Eucarístico Nacional que se desarrollará en San Miguel de Tucumán del 16 al 19 de junio, bajo el lema «Jesucristo, Señor de la Historia, te necesitamos» y que se enmarca en los festejos por el Bicentenario de la Independencia.

En la reunión, el Presidente aceptó la invitación y confirmó su participación que probablemente sea el domingo 19 para la clausura del encuentro, del que participarán miles de fieles de todo el país, según informaron fuentes oficiales.

Durante la reunión de esta tarde, los obispos también le entregaron a Macri una copia del documento «El Bicentenario. Tiempo para el encuentro fraterno de los argentinos», que será presentado mañana en el marco de una conferencia de prensa en la sede de la CEA en el barrio porteño de Retiro, y repasaron los principales temas que planea el texto, que «son una inquietud constante del Episcopado en el contexto de la actualidad», dijeron los obispos.

En este marco, «se recordó la relación entre Iglesia-Estado caracterizada por la autonomía de las realidades temporales y la colaboración».

La intención de los obispos fue adelantarle el texto del documento al gobierno por «cortesía» y para evitar interpretaciones erróneas o mediaciones equivocadas a través de los títulos periodísticos una vez que el texto se presente públicamente mañana, señalaron fuentes episcopales y oficiales.

Es que el Episcopado busca que el texto no sea leído como una crítica al Ejecutivo sino como un aporte para «estimular el diálogo a partir de un hecho histórico que nos interpela a pensar qué país queremos ser».

Si bien los obispos debatieron sobre la oportunidad de difundirlo para que no quedara ‘atado’ a la coyuntura política, el mensaje no dejará de ser leído en un contexto de conflictividad social, despidos y «creciente inflación», tal como señaló en los últimos días monseñor Arancedo, lo que se suma a las cifras de la Universidad Católica Argentina (UCA) que advirtieron sobre el aumento de la pobreza en los primeros meses del año.

En el mensaje -que se presenta como un documento programático- la Iglesia hace un renovado llamado al diálogo y la reconciliación nacional, y traza los desafíos sociales y políticos que enfrenta el país de cara a los próximos años, con referencias históricas y un «mensaje de esperanza» dirigido al pueblo argentino.

El texto fue aprobado por la asamblea plenaria de obispos en abril pasado y contiene una serie de reflexiones pastorales para «dar gracias por el legado que nos dejaron nuestros mayores, interpretar nuestro presente a la luz de nuestra fe y decir una palabra esperanzadora, siempre iluminada por el Evangelio», adelantaron fuentes episcopales.

Durante la reunión, en la que los obispos le regalaron al presidente una edición del libro «El poder», de Romano Guardini, también se lo invitó a participar de la beatifición de Mama Antula, que será el 27 de agosto en Santiago del Estero y de la canonización del Cura Brochero, prevista para el el 16 de octubre en Roma.