En una entrevista que este mediodía brindó al Canal 3 de Rosario, en la que abordó varios aspectos de su gestión de gobierno, ratificó que «estamos en el camino correcto» pero advirtió: «Esto es un proceso, no es un cambio de un día para el otro. No hay un líder mesiánico iluminado; yo me hago cargo de liderar el país, pero esto no se resuelve y no cambia si no hay un compromiso extendido de todos», sostuvo.
Macri dijo que «entiende» el ruidazo del último jueves, porque «hay un grupo de gente que cree que éste no es el camino, y que el aumento de las tarifas le hace la vida mucho más difícil».
«Ese día hubo mucha gente que salió a manifestarse, y los respeto, pero estén seguros que a mi me duele haber tomado esa medida. No hay otra alternativa que reducir los consumos de energía y que cada uno se haga cargo de pagar su consumo», añadió.
No obstante, destacó que se creó una tarifa social para los sectores más vulnerables. «Estamos hablando de más de 3 millones de hogares en el tema electricidad y más de 1 millón de hogares en el tema gas, pero los demás necesitamos consumir menos porque no tenemos la energía y (hay que) pagar lo que vale esa energía».
El incremento de las tarifas «es tremendo, pero fue gradual», dijo Macri, y destacó que se llegó a esto por «el error garrafal, perverso e irresponsable de haber planteado esta política para los servicios públicos» durante la gestión anterior.
«Especialmente en el tema energía, que nos dejó sin energía, siendo un país que tiene las reservas más importantes en el mundo en gas y petróleo no convencional, en energías renovables», señaló.
«Pasamos de exportar a tener que importar, y lo peor de todo es que ya no podemos importar un metro cúbico más de gas porque no tenemos la infraestructura para hacerlo», agregó.
En este punto, el Presidente insistió en pedir a la población que reduzca su consumo, porque «no puede ser que los hogares más pudientes gasten 20 veces más gas que los humildes. Esto sí que es inequitativo y, además, con tarifas prácticamente regaladas».
Macri aclaró que la decisión de subir las tarifas no sólo fue del ministro de Energía, Juan José Aranguren. «Somos un equipo y como tal debatimos los temas todos los días en reuniones de coordinación, y decidimos que éste es el camino», aclaró.
«Había que producir este cambio de precios relativos para volver a tener energía, sin energía un país no puede crecer», explicó.
En cuanto a la inflación, aseguró que «viene bajando mes tras mes y seguirá bajando, como yo les prometí a los argentinos».
Preguntado sobre versiones de que el poder adquisitivo habría descendido presuntamente «entre un 10 y 12 por ciento», dijo que cualquier eventual caída se recupera «creciendo con inversión, que es -aseguró- el proceso que comenzó».
También afirmó que durante sus recorridas por el país ya observa «los primeros resultados de este cambio de política, de abrirnos al mundo, de sacarnos el cepo, de reducir impuestos a la importación, de ir facilitando todos los procesos de intercambio, de haber lanzado el más importante e histórico plan de infraestructura».
Y remarcó: «Todo eso ha generado que la Argentina vuelva a ser un centro de atracción para la inversión, que generará más valor sobre el trabajo y, a su vez, producirá un aumento real del valor del salario».
Macri también dijo que ve «con alegría» el curso de las causas en las que aparece involucrada la ex jefa del Estado, Cristina Fernández de Kirchner. «Es que hay una Justicia que empieza a trabajar en forma independiente y eso va en línea para que se acabe con la impunidad», agregó.
En el plano regional, Macri criticó al gobierno del socialista Miguel Lifschitz. «Santa Fe -sostuvo- es la (provincia) que menos vocación ha demostrado de coordinar una agenda en común con el gobierno nacional, pero sí noto mayor coordinación con la intendenta (de Rosario, Mónica) Fein».
Respecto a la causa Panamá Papers, aseguró que «quedó claro que fue un episodio de mi vida privada del año 98, donde yo solamente fui director unos meses de una compañía de mi padre, que además estaba declarada, por lo cual para mi quedó absolutamente claro que no tengo nada que haya ocultado; está todo en regla».
Por último, Macri se desmarcó de una eventual reelección: «Yo pienso que hay que terminar la obra, pero hablar de ocho años cuando vamos por el primero es como mucho».