Intensas nevadas causaron problemas a los pobladores del oeste rionegrino
Las intensas nevadas que cubrieron el oeste rionegrino el fin de semana pasado generaron serios problemas en parajes y pobladores rurales en una amplia zona ubicada entre 100 y 300 kilómetros al este de Bariloche, que demandaron gran esfuerzo de vecinos, agentes sanitarios, policías y referentes del gobierno provincial y municipios.
Hasta el martes sólo habían logrado limpiar la nieve de la ruta nacional 23, que cruza la provincia de este a oeste, y algunos accesos a pueblos, por lo que se hacía casi imposible llegar con alimentos, provisiones, medicamentos y forrajes para los animales hasta los parajes y pobladores aislados.
Por eso para asistir con provisiones y evacuar a enfermos debieron concurrir con vehículos Unimog de organismos nacionales y provinciales de manejo del fuego, en tanto ambulancias y camionetas de doble tracción también resultaban empantanadas, y algunas incluso volcaron al intentar acercarse a sitios aislados.
La zona más afectada fue en los alrededores de Pilcaniyeu, Comallo, Clemente Onelli e Ingeniero Jacobacci, y los parajes más críticos fueron Mencué, Laguna Blanca, Pilquiniyeu del Limay, Blancura Centro, Fita Huao, Cañadón Chileno, Las Mellizas y Anecón Grande, entre otros.
“Hay muchos organismos, sectores y decenas de particulares trabajando a destajo en cada lugar, desde el 23 de julio, con una enorme cantidad de vehículos, camiones y máquinas viales, pero nunca alcanza porque el problema es demasiado grande”, expresó a Télam Hugo Fernández, coordinador de Zona Andina de Defensa Civil de Río Negro.
Las nevadas llegaron a acumular entre 1,20 a 1,50 metro de nieve en los sectores más altos, cerrando por completo la mayoría de los caminos de la zona, y haciendo prácticamente intransitable la ruta troncal.
La precipitación nívea terminó el jueves, pero la situación empeoró, porque los caminos se convirtieron en lodazales en los que los vehículos se entierran hasta el diferencial, no hay forma de desatascarlos y se debe recurrir a maquinaria vial, caballos y Unimogs para hacerlo.
“Además el deshielo es muy rápido y llega mucha agua a los ríos, arroyos y cañadones. Si los vehículos logran pasar por la nieve o el barro, terminan frenados por los cursos de agua”, precisó Fernández.
En el momento más crítico, en una de las misiones de auxilio tardaron 12 horas para recorrer 30 kilómetros. Debieron dedicar siete horas para hacer menos de 100 kilómetros para evacuar un bebé enfermo -ahora fuera de peligro- desde Pilquiniyeu del Limay a Comallo.
Además requirió la asistencia de máquinas viales y caballos el traslado de un herido de arma blanca desde Mencué y una señora con una quebradura desde Laguna Blanca, ambos al hospital de Comallo.
Sin embargo, no lograron salvar la vida de un hombre que no logró llegar caminando a su casa aislada y lo encontraron a la vera de un camino con avanzada hipotermia, y falleció en el trabajoso traslado al mismo hospital.
Desde el aspecto social la situación continúa siendo desesperante.
Si bien lograron llegar con víveres y alimento para animales a muchos parajes, pobladores aislados y a residencias escolares (están en receso invernal pero se usan como centros de abastecimiento) el deshielo se convirtió en un obstáculo muy duro a las tareas de la emergencia, que sigue sumando recursos.
Fernández indicó que parte importante de la asistencia es de leña, combustible y gas a granel, que se transporta en camiones de doble tracción pero igualmente se complica hacer llegar las entregas, y aún quedan muchos parajes y familias aisladas.
“Encima el pronóstico indica que seguirá el deshielo, y parece que la cuestión se fuera complicando cada día más”, sostuvo.
Además de varios organismos provinciales, entre los que están los bomberos forestales y la policía, interviene Gendarmería Nacional, Parques Nacionales y Prefectura Naval, administraciones de estancias con su personal, una decena de municipios, empresas y comercios.
Además se sumaron al trabajo las comunidades originarias, a través de su entidad Consejo de Desarrollo de Comunidades Indígenas (CODECI), que organiza en Bariloche colectas para llevar a los pobladores afectados.
El CODECI organizó un Comité de Emergencia Mapuche, en el que sumó a la Coordinación del Parlamento Mapuche, el Consejo de Participación Indígena y referentes de comunidades y pobladores dispersos.
Clarisa Montenegro, referente del Comité, informó que las necesidades principales son de leche, alimentos, pañales, abrigo y forrajes, y dijo que las donaciones se reciben en el Mercado Comunitario Municipal de Bariloche, en Santa Cruz 1120, y en la calle Neneo 156, en el barrio El Frutillar.
Este grupo, además, puso en marcha un relevamiento de mortandad de animales, situación de viviendas, un mapa de afectación climática, y el reconocimiento de los principales caminos de acceso a diferentes comunidades y sus pobladores.
El CODECI pidió al gobierno que garantice el acceso a fondos financieros especiales que se encuentran destinados para la adquisición de tickets ganaderos, forrajes, combustible y transporte.