Piratas del asfalto asesinaron a un testigo clave en la investigación por la muerte de Nisman
La jueza de instrucción Fabiana Palmaghini ya recibió un informe de Asuntos Internos de la Policía Federal. Y espera más información
Un ex policía que fue testigo en la causa por la muerte del fiscal Alberto Nisman y que debía declarar, fue asesinado por piratas del asfalto que quisieron asaltar el camión que vigilaba. Se trata del ex sargento primero Héctor Osvaldo Goncalvez Pereyra, de 50 años, dueño de uno de los teléfonos que se activaron al mediodía del domingo 18 de enero de 2015, cuando todavía no se sabía que el fiscal de la causa AMIA estaba muerto con un tiro en la cabeza en el baño de su departamento.
La noticia se conoció la semana pasada, pero no apareció vinculada al caso Nisman: Goncalvez Pereyra murió tras ser baleado junto a su compañero, el ex policía Diego Ángel Díaz, cuando un grupo de piratas del asfalto que se movilizaban en cuatro autos los sorprendió a la altura del kilómetro 79 del Acceso Oeste, en cercanías de Luján.
El 8 de septiembre pasado, los ex policías eran parte de un operativo que custodiaba a un camión Scania donde era trasladada ropa de la marca Lacoste, pero un grupo de ladrones tomó de rehenes a dos de los vigiladores y terminó tiroteándose con Goncalvez y Díaz.
Los delincuentes lograron escapar y abandonaron el camión sin llevarse la mercadería, mientras que Goncalvez y Díaz recibieron tiros en el cuello y en la espalda, respectivamente.
Lo cierto es que la jueza Fabiana Palmaghini -que investiga la muerte del fiscal- pediría en las próximas horas informes por el deceso de Goncalvez, ya que había sido citado a declarar en los próximos días para ampliar su declaración como testigo clave. A su vez, la jueza también recibió un informe de Asuntos Internos de la Policía Federal sobre el asalto en el que murió el testigo.
Goncalvez aparecía en los registros de los entrecruzamientos telefónicos que había ordenado el año pasado la fiscal jubilada Viviana Fein a la División Fraudes Bancarios de la Policía Federal. Esos reportes mostraron un intenso cruce de comunicaciones entre Goncalvez Pereyra y el sargento primero Luis Ismael Miño, uno de los custodios de Nisman.
Según recordaron fuentes judiciales consultadas por la agencia DyN, cuando le tocó declarar, Goncalvez dijo que había teléfonos que estaban a su nombre, pero él no los usaba. Según Clarín, el ex policía tenía una flota de Nextel a su nombre.