El asesino había dejado el gas abierto con una vela encendida
Después de matar a su familia, Daniel Salazar dejó el gas abierto con una vela encendida y huyó, según reveló esta mañana el ministro de Seguridad provincial Gianni Venier.
Los efectivos de Policía Científica se encontraron con esa escena cuando ingresaron al domicilio familiar, explicó el funcionario.
El único testigo del múltiple crimen que sacudió al barrio Trapiche de Godoy Cruz, provincia de Mendoza, fue un niño de apenas 11 años. De acuerdo con Venier, tras haber observado la escena -y antes de esconderse dentro del baúl de un auto- el chico llamó por teléfono a un familiar y anunció: «Papá mató a mamá».
Venier consideró que Salazar «es un psicópata que no puede alegar ninguna emoción violenta ni estado transitorio de inimputabilidad».»Es un tipo que plenamente en uso de sus condiciones mentales realizó esta masacre», opinó. Y agregó: «No se puede creer esta maldad humana».
Tras haber asesinado a sus familiares, el presunto autor huyó de la escena del crimen y se dirigió al Hospital Central. Allí llegó con la mano ensangrentada, evitó ser identificado y les dijo a los médicos que había sido víctima de un asalto. Sin embargo, los profesionales no dudaron en dar aviso a la Policía y Salazar cayó detenido.