Una Superluna que no volveremos a ver por años
Este lunes se producirá un evento astronómico extraordinario. De esos que muchas generaciones sólo pueden apreciarlos una vez en la vida. La llamada «Superluna» permitirá ver desde la tierra al satélite natural con su mayor tamaño en los últimos 68 años.
El fenómeno se producirá cerca de las 6:22 de la mañana agentina (11.23 GMT): se podrá contemplar una enorme luna llena cuando ésta se ubique a unos 348.400 kilómetros de nuestro planeta, unos 35.400 kilómetros más cerca de lo habitual.
Pero, ¿Qué es la Superluna? ¿Y por qué sucede cada tanto tiempo? La respuesta está en los complejos cálculos y variables a los que se somete cada vez su órbita sobre la tierra. Al no ser circular y tratarse de una elipse, la distancia de la luna con la Tierra nunca es la misma.
Los parámetros orbitales varían con el tiempo a causa de la influencia gravitatoria del sol y los planetas. En esta ocasión, el perigeo lunar (la mínima distancia Tierrra-luna) coincidirá con una luna llena. Será algo poco habitual, teniendo en cuenta una serie de complejos cálculos de probabilidades matemática. De hecho, el promedio contempla una sóla luna llena de entre 14 superlunas y la próxima ocasión que sucederá eso será en 2034.
Respecto al apogeo (la máxima distancia Tierra-luna) de la órbita, la luna llena de mañana podrá obtener un tamaño 14% mayor. Lo que estará claro es que el satélite aparecerá mucho más brillante de lo habitual.
En ese instante, la luna se encontrará a unos 147.985.447 kilómetros del sol (uno de sus puntos más cercanos), por lo que representará una ayuda complementaria para un plenilunio absoluto y para que se consiguiera una iluminación del 99,4%.
Pero, como si fuera poco, el lunes también se podrá percibir la mayor luna llena en 86 años. Para que exista una superluna con un tamaño similar a la de mañana habrá que esperar hasta el 6 de diciembre de 2052, cuando se verá la superluna más grande del Siglo XXI.
Qué efectos se producirán en la Tierra
Ante este tipo de eventos astronómicos tan aislados, siempre suelen aparecer corrientes alarmistas sobre alguna especie de apocalipsis o consecuencias para el curso natural de la tierra. Sin embargo, el fenómeno de mañana apenas se percibirá en mareas más agitadas.
La atracción gravitatoria lunar será mayor de lo habitual, es cierto, y aunque se cree que ese factor no será lo suficientemente importante como para poder causar perturbaciones geológicas, como tsunamis o terremotos, lo que acaba de ocurrir en Nueva Zelanda abre un signo de pregunta y potencia la expectativa por la Súper Luna.
Cómo se puede medir
A simple vista, el aumento del 14% del tamaño de la luna será pacticamente impercetible para el ojo humano. Sin embargo, existe un método para poder medirlo: el dedo meñique.
Debido a la innumerable cantidad de variables que puede generar una órbita elíptica sumada a las influencias gravitatorias del sol hace que los cálculos de tamaño estén referenciados con un determinado período de tiempo. El tamaño angular (tamaño en el cielo desde el ojo humano) de la luna llena es de 30 minutos de arco, es decir, la mitad del dedo meñique.
El problema es que en el caso más favorable, la superluna tendrá un diámetro mayor de apenas 4 minutos de arco que una luna llena en el apogeo. Por ende, el incremento sería de apenas una quinceava parte del tamaño angular del dedo meñique, algo practicamente imperceptible para el ojo.