Alimentos: achican el tamaño de su presentación para disimular la inflación
EN NOVIEMBRE VOLVIÓ A CAER EL CONSUMO.
Desde alfajores, leches, bebidas espumantes hasta postres cambiaron el tamaño de su presentación. Se trata de una práctica que ya se vio en la crisis de 2001.
Con una inflación que se estima cerrará este año en torno al 40%, ir al supermercado es una tarea cada vez más cara. Esto se refleja en la caída del consumo que en noviembre ya mostró una baja de volúmenes vendidos en supermercados y almacenes de un 5,9%, según datos privados. Ante esto, las empresas buscan la manera de sobrevivir y achican sus envases, aunque curiosamente mantienen o en muchos casos hasta aumentan sus precios.
En las bebidas, los cambios se vienen vislumbrando en los últimos dos años. Desde vinos hasta aperitivos achicaron considerablemente su envase. La mayoría pasó de 1 litro a 750 cc. Algunas marcas conviven con ambas versiones como por ejemplo una de las primeras líneas de Fernet. Los casos se repiten en los clásicos espumantes típicos de las fiestas. La sidra pasó de 950 cc a 750 cc y una de las principales marcas hasta lanzó una versión de 330 cc. Lo que buscan es ofrecerles a los clientes productos accesibles y de primera calidad, para que el comprador no se vuelque hacia las segundas marcas.
Se trata de una práctica muy común, de hecho durante la crisis de 2001 los ejemplos abundaban. Y el fenómeno hasta tiene término propio: downsizing, achicamiento en inglés. Los productos se achican: pesan menos, traen menos gramos o menos unidades. Y aunque el argumento que esgrimen las empresas es que el consumidor prefiere envases chicos para consumir lo que necesita día a día, lo cierto es que la práctica constituye una inflación oculta.
«Se trata de publicidad engañosa. Yo lo vengo denunciando hace varios años, pero ahora se ven incrementados los casos», explicó a Ámbito Financiero Héctor Polino, presidente de Consumidores Libres. «No se debe comparar precios sino calidad y cantidad del artículo que se está adquiriendo. No hay dudas de que se trata de un aumento encubierto», agregó el especialista en consumo.
Para Polino la explicación parece sencilla, los compradores se volcaron hacia los productos de segundas y terceras marcas y esto produjo una caída más que marcada en las primeras líneas. «En los últimos meses observamos una disminución de primeras marcas, lo que produjo un aumento de las segundas y hasta terceras marcas», sostuvo.
Los alfajores y las galletitas son otros de los productos que más vieron modificado su envase. Muchas galletitas redujeron su tamaño y los alfajores se quitaron de encima algunos gramos. El clásico Havanna pasó de 55 gramos a 50 gramos, pocos se dieron cuenta del cambio. Por supuesto el precio no se redujo sino que hasta se vio incrementado.