Empresarios advirtieron que una ofensiva gremial frenaría la generación de empleo
Industriales quieren paritarias por debajo del 24%
El ascendente clima de beligerancia gremial ante la apertura de las paritarias 2017 confirmó uno de los peores escenarios imaginados por los empresarios para el primer semestre: fábricas cerradas por reclamos salariales en el medio de un intento de salida a la crisis productiva local. Así, alertaron que la parálisis productiva generará más crisis y pondrá en peligro una eventual generación de empleo.
La UIA quedó en el medio de las críticas luego de haber sido acusada de no cumplir con el pacto antidespido que se acordó en el cierre del año pasado en la mesa de diálogo, conformada por el Gobierno, los empresarios del Grupo de los Seis y la CGT. «Fue una declaración de buena voluntad, no es vinculante ante situaciones de crisis extrema. Hubo empresas que perdieron más del 60% de su producción, e incluso algunas debieron cerrar. Pero si hay endurecimiento en los reclamos, va a ser imposible generar nuevos empleos e incluso mantener la plantilla actual», advirtió un líder industrial consultado por BAE Negocios.
«Si usted ve que son algo de entre 30 y 40 mil casos de despidos frente a un millón y medio de trabajadores de la industria, me parece que aún así, suponiendo que todos esos casos fueran despidos, no se puede hablar seriamente de eso», afirmó el vicepresidente de la UIA y representante máximo de las empresas alimenticias Copal, Daniel Funes de Rioja, en declaraciones a radio Milenium.
Funes de Rioja minimizó el reproche de la CGT y
dijo que los despidos en fábricas fueron pocos
El caso es que los empresarios industriales se rehusarán al máximo a responder reclamos salariales por encima del 24%, según es la expectativa máxima que establecieron los sectores. El razonamiento es que la inflación establecida por el Gobierno se proyecta del 17% aunque algunas consultoras privadas la señalan en el 21%.
De cumplirse esa meta, los industriales afirmaron que «habrá una recuperación real del salario porque por primera vez le ganarán al aumento de los precios». En ese sentido, se entusiasmaron con una mayor capacidad de compra que devolverá fortaleza al mercado interno para dinamizar el consumo y poner nuevamente las máquinas en máximo funcionamiento.
Sin embargo, se instaló un fuerte descontento entre los empresarios, que vieron con preocupación el crecimiento de los precios financiados. «Quizás desde el Gobierno se den cuenta que la remarcación no es asumida por los industriales sino por los comerciantes, que prefieren perder ventas pero no resignar rentabilidad», se quejó un líder industrial.