Como no incluyeron a Víctor Hugo, Adrián Paenza pidió ser excluido de los premios Konex
El periodista y matemático pidió no ser tenido en cuenta entre las 100 personalidades de la comunicación de la última década, ya que la Fundación Konex obvió entre los postulados al uruguayo.
A través de una carta dirigida a Luis Ovsejevich, presidente de la Fundación Konex, y publicada en la edición de Página 12 de este lunes, el matemático pidió ser excluido de la lista de 100 personalidades destacadas de la comunicación durante la última década.
Es que en la lista confeccionada por el jurado de la Fundación no se incluyó a Víctor Hugo Morales: «Hay algo que no está bien. Me cuesta trabajo aceptar que yo pueda estar incluido en una lista que involucre a 100 personalidades de la comunicación en la última década y que esa lista no contemple a Víctor Hugo”, dice un párrafo de la carta.
“No me siento cómodo. No quiero estar allí. Prefiero optar entonces por el ‘no’ reconocimiento», escribió Paenza, al tiempo que cuestionó a miembros del jurado de selección, presidido por Magdalena Ruiz Guiñazú, que “tienen una situación personal de enemistad directa y manifiesta con Víctor Hugo”.
La carta completa de Adrián Paenza:
El último miércoles (19 de abril), cuando recibí tu llamado para comunicarme que había sido nominado para aspirar a los premios Konex que se entregarán este año, te dije que valoraba muchísimo que el jurado hubiera decidido incluirme.
En ese momento también me comentaste que yo era el número 96 (de los 100) que se enteraba por ‘tu voz’. Me pediste reserva teniendo en cuenta que los nombres de los premiados habían estado retenidos hasta allí pero que se darían a conocer en los siguientes veinte minutos.
Una hora más tarde, con la lista oficial ya publicada en la página de la fundación, fui recorriendo los cien nombres como supongo que habremos hecho todos. Cuando llegué al último, pensé que me había equivocado. No había visto el nombre de Víctor Hugo Morales. Revisé, pero no. no estaba. Allí mismo me propuse escribirte esta carta. Elaboré algunas conclusiones que quiero compartir contigo.
Entiendo como un honor y un reconocimiento a la trayectoria figurar entre los cien nominados.
Hay muchos colegas que no están entre los premiados y quizás yo los hubiera incluido. Estoy seguro también que otros hubieran valorado como injusta la elección de varios de los que allí figuramos. Para eso, existe un jurado, del que alguna vez formé parte yo también.
Obviamente, no conozco los criterios que utilizaron para tomar sus decisiones, pero como es de público conocimiento, entre los miembros hay varios que tienen una situación personal de enemistad directa y manifiesta con Víctor Hugo.
Entre las veinte categorías, hay por lo menos cinco en las que se me hace difícil soslayar el nombre de Víctor Hugo.
Cualquier análisis de la última década que pretenda ignorar su nombre y su relevancia en los medios de comunicación, está negando esa parte de la historia. Más allá de las diferencias ideológicas, escribiría lo mismo si el excluido fuera Jorge Lanata, por poner solamente un ejemplo.
Por supuesto, tampoco se me escapa que este texto se exhibe vulnerable, en particular por razones inversas (de ‘amistad pública y manifiesta’) a las que hacía referencia más arriba al expresar mis opiniones sobre algunos de los miembros del jurado en su relación con Víctor Hugo. Y una mucho más profunda: ¿quién soy yo para opinar sobre las nominaciones que hace una fundación privada como la que vos presidís? Pero esta la contesto muy rápido: ¡nadie!
Y seguramente hay muchas más. No importa.
Hay algo que no está bien. Me cuesta trabajo aceptar que yo pueda estar incluido en una lista que involucre a 100 personalidades de la comunicación en la última década y que esa lista no contemple a Víctor Hugo.
No me siento cómodo. No quiero estar allí. Prefiero optar entonces por el ‘no’ reconocimiento.
Con todo el respeto y valoración por la tarea de la Fundación Konex, te pido formalmente que en este caso particular, y posiblemente para siempre, excluyas mi nombre de la lista que integro.
Un abrazo tan cordial como siempre,
Dr. Adrián Paenza