En un partido dramático, Argentina venció 2 a 1 a Nigeria y pasó a octavos de final del Mundial
Con un golazo de Lionel Messi en el primer tiempo, y un zapatazo impresionante de Marcos Rojo en la agonía del partido, la albiceleste consiguió pasar de fase y ahora enfrentará a Francia.
En un partido vibrante de principio a fin, y con un ojo puesto en el partido de Islandia contra Croacia, Argentina hizo lo propio, venciendo por dos a uno a Nigeria, en un partido angustiante.
En el primer tiempo, Lionel Messi puso en ventaja a Argentina con un golazo, a los 14 minutos. Al principio dle segundo tiempo, y tras un penal inexistente, virtualmente regalado por el árbitro turco Cuneyt Cakir (dirigió Argentina Holanda en Brasil 2014), Moses puso el 1 a 1.
Cuando expiraba el partido, en otro golazo formidable, Marcos Rojo mandó un zapatazo a red a los 86 minutos. Después, Argentina durmió el partido como pudo, hasta el pitazo final a los 94.
«Dije que quería meter un gol y sabía que lo iba a meter», dijo Marcos Rojo al final de un partido tremendo. «Este grupo de jugadores se lo merece más que nadie», agregó el zaguero, autor del gol de la victoria albiceleste. «Esto recién empieza; ahora, ¡vamos argentina!», concluyó.
Por su parte, Lionel Messi, autor del primer gol, un verdadero golazo, dijo tras la victoria que «estábamos confiados que íbamos a ganar, pero no esperábamos la complicación del empate, y tener que ir a buscar el partido con nerviosismo, ansiedad y sin tiempo».
«Es maravilloso ganarle de esta manera», aseguró el diez y agregó que «es una alegría merecida tras todo este tiempo con sufrimiento».
Reflexionó que «merecimos ganar el primer partido» en referencia a Islandia, y dijo que ante Croacia «en el segundo partido regalamos dos goles innecesarios»
«Dios está con nosotros y sabía que no nos iba a dejar afuera», disparó el jugador argentino.
Por último, declaró: «Quiero agreadecer a toda esta gente que hace un sacrificio enorme para llenar las canchas, desde el primer partido, y que en ningún momento se dejaron llenar la cabeza por las boludeces que dicen».