Es ley: desde ahora todo argentino es donante de órganos salvo que exprese la negativa
La Cámara de Diputados aprobó por unanimidad el proyecto de la denominada Ley Justina, que marca un quiebre en la cultura de donación de órganos en el país. Desde ahora, todas los argentinos son donantes de órganos, salvo que hubieran expresado su voluntad contraria a eso.
La iniciativa, de la que solo resta la reglamentación por parte del Poder Ejecutivo, fue presentada por el senador Juan Carlos Marino y es una forma de homenaje a la niña Justina Lo Cane, quien falleció a los 12 años el 22 de noviembre de 2017 por no haber recibido a tiempo un trasplante de corazón.
Los padres de Justina, Ezequiel y Paola, también sus hermanos y abuelos, siguieron todas las alternativas, presentes en el recinto -junto al senador Marino.
La flamante ley regula las actividades vinculadas a la obtención y utilización de órganos, tejidos y células de origen humano en la Argentina. Asimismo, prevé que los establecimientos de salud habilitados para hacer trasplantes cuenten con servicios destinados a la donación, que permitirán detectar, evaluar y tratar al donante.
Además, la norma elimina la necesidad del consentimiento familiar en caso de que el fallecido no hubiera expresado en vida su voluntad de ser o no donante de órganos. Hoy el 40% de las donaciones que se pierden son por oposición familiar. Si bien ese aspecto de la ley se terminará de definir en la reglamentación, el objetivo es reducir esa cifra. Sí seguirá siendo necesario el aval de los padres en caso de que el posible donante sea un menor de edad.
En nuestro país, unas 10.500 personas se encuentran en lista de espera por un trasplante que podría salvarles la vida. La modificación a la ley ya existente aparecía desde hace años como urgente, ya que en Argentina solo 13 personas por cada millón son donantes de órganos.