#8M: una multitud marchó en el Paro Internacional de Mujeres

La avenida de Mayo se convirtió en una marea de mujeres que marcharon, cantaron, y gritaron unas al lado de otras para visibilizarse, para hacer sentir el calor popular que ya está cansado de este sistema opresor y que pide a gritos justicia.

Los carteles hablan. «Somos el grito de las que no tienen voz» dice una pancarta de una mujer que siente en la piel el dolor de las que no llegaron a marchar. «Las paredes se limpian lxs pibxs no vuelven» dice uno de los grafitis que vistieron la manifestación.

Los pañuelos levantados en alto, los gritos pidiendo aborto legal, las rondas y las consignas aplaudidas con sentimiento. «Vivas sin miedo» dice otra pintada en el asfalto. El pedido de la ESI, la educación laica, también ocupó espacios en los carteles.

La urgencia de la aplicación de la ILE, el reclamo para que dejen vivir lo poco que les quedó de infancia a las niñas violadas y que no las obliguen a maternar también fue un reclamo urgente. El creciente número de femicidios y travesticidios, ocuparon muchos carteles.

La peregrinación hasta Plaza de Mayo incluyó contradicciones propias de tiempos de cambios como hombres mayores muy acicalados entregando ramos de flores a su pareja, mientras que otros de esas edades vestían pañuelos verdes por la calle.

Mujeres con bebés, colectivos trans, mujeres jóvenes, mujeres grandes, mujeres pobres, indigenas, lesbianas, no binarias, mujeres en todas sus formas reclamando derechos, el fin de la violencia, la justicia, y la protección de un estado que brilla por su ausencia.