Los cálculos de Macri y Fernández a un mes de las PASO
El calendario marca que comenzó el tiempo de descuento. La campaña hacia las PASO del 11 de agosto, el primer test electoral a nivel nacional del año, comienza a descontar este jueves sus últimos treinta días. La línea de largada dibuja un escenario de marcada polarización entre el oficialista Juntos por el Cambio y el opositor Frente de Todos. La “tercera posición”, encarnada en las ofertas de Roberto Lavagna y José Luis Espert, camina desde atrás, diluida por la disputa de fondo entre el sueño reeleccionista de Mauricio Macri y el proyecto de retorno al poder con un peronismo unido de Alberto Fernández.
Las primeras cartas están echadas. Tanto el oficialismo como el frente opositor apuestan a convertir a las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias en una suerte de primera vuelta que les permita acumular el volumen de apoyo suficiente con la meta de evitar el balotaje. En ambos campamentos, la obsesión de la próximas cuatro semanas será cómo ajustar el mensaje de persuasión a los votantes para ampliar a su favor la brecha de distancia con el rival.
El arranque de esa etapa clave incluye la tradicional guerra de encuestas. En la Casa Rosada exhiben los sondeos que muestran una recuperación de la imagen de Macri y perfilan porcentajes cercanos a la paridad con la coalición peronista-kirchnerista. Por el contrario, en las oficinas de Fernández en el barrio porteño de San Telmo insisten con las proyecciones que desmarcan al Frente de Todos en cerca de diez puntos del oficialismo, especialmente en la provincia de Buenos Aires, primer distrito electoral del país.
Más allá de esa disputa -y su fiabilidad-, ambos precandidatos hacen cálculos y trazan posibles escenarios sobre el resultado de las PASO. El gobierno nacional apuesta a recuperar el oxígeno suficiente para recrear un empate. Especula que quedar a una distancia de al menos 5 puntos de la fórmula Fernández-Fernández será leída como una posibilidad e imagina una reacción positiva “de los mercados” que facilitará el tránsito hacia las generales de octubre.
El equipo de Fernández apuesta a que la distancia a su favor sea superior a los cinco puntos -¿siete?- y visualiza en territorio bonaerense, con la competitiva candidatura de Axel Kicillof a la gobernación provincial, la llave para alcanzar esa ventaja.
Polarización extrema
Con los primeros spots audiovisuales ya en circulación, la factoría macrista confirmó que uno de sus objetivos es el juego de roles: invisibilizar a Alberto Fernández y recrear la pelea electoral entre Macri y la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Con la exmandataria en un segundo plano -antes de viajar a Cuba para visitar a su hija Florencia hizo esporádicas presentaciones de su libro «Sinceramente» en el interior del país-, el gobierno y medios afines insisten en nombrarla como la rival del Presidente, y reclamar su presencia en el debate. “Es la verdadera candidata, pero no da la cara”, chicaneó días atrás el jefe de Gabinete, Marcos Peña.
El objetivo es profundizar la polarización, una suerte de reedición de la “grieta” de 2015 en torno a la cual graviten los ejes de defensa de la obra pública vs relato kirchnerista; transparencia vs corrupción; o bien reforma estructural de gestión del Estado vs burocracia. Poco y nada de economía.
“La polarización se agudizó. Es posible resolver la elección en primera vuelta”, diagnosticó el consultor ecuatoriano y gurú de Cambiemos, Jaime Durán Barba, durante el plenario que el espacio realizó este miércoles en Parque Norte para desmenuzar el catecismo que dirigentes y candidatos utilizarán en las próximas semanas para seducir tanto a indecisos como desencantados de cuatro años de gestión macrista.
Ajuste, economía y esperanza
Alberto Fernández demostró a propios y extraños que está decidido a ser su propio jefe de campaña. Después del febril cierre de listas, el precandidato del Frente de Todos se ocupó de mostrar el apoyo institucional del peronismo. En una secuencia de relojería se reunió con gobernadores y legisladores del PJ al mismo tiempo que Kicillof sumaba en una foto a todos los intendentes del espacio y también a Sergio Massa, primer candidato a diputado nacional en la Provincia por el frente opositor.
A mitad de esta semana viajó a Córdoba para reunirse con el gobernador Juan Schiaretti quien insiste en mantenerse prescindente de la pelea nacional. Este viernes, Macri también visitará el distrito meditárraneo para intentar ganar posiciones en un territorio que fue determinante para su triunfo en 2015: en el balotaje frente a Daniel Scioli cosechó allí más del 70 por ciento de los votos.
En simultáneo a esos contactos políticos, Fernández busca hacer base de sustentanción en la economía y las consecuencias sociales del programa de ajuste de Cambiemos. La figura de Kicillof en Provincia es una pieza clave: convertido en blanco de los ataques del macrismo, el exministro insiste en denunciar y llevar el debate de campaña a las fallas de la gestión de María Eugenia Vidal.
En el frente opositor apuestan a esa agenda para establecer conversación con indecisos y desilusionados.
Uno de sus principales desafíos será articular el mensaje sin caer en la tentación de confrontar con la ´agenda off-económica´ que propone la Casa Rosada. Tanto como intentar segmentar la llegada a diferentes sectores permeables a un voto castigo para Macri.
El duelo está planteado y restan treinta largos días para que ambos sectores salgan a capturar respaldos por fuera de sus núcleos históricamente propios.
Fuente: Tiempo Argentino