Debate presidencial: cruces, chicanas y algunas propuestas
Pasaron pocos minutos y ya no quedaban dudas de cómo sería el debate. El candidato a presidente del Frente de Todos, Alberto Fernández, comenzó su exposición recordando que Mauricio Macri «mintió mucho» en el debate con Daniel Scioli de 2015. Mauricio Macri no se quedó atrás y le tiró a su contrincante con Venezuela y la corrupción. Los otros candidatos, en especial Nicolás del Caño, José Luis Espert y Juan José Gómez Centurión, alternaron entre atacar a Macri y a Fernández. Roberto Lavagna se mantuvo en su perfil de economista.
El debate en la la Universidad Nacional del Litoral (UNL), en Santa Fe, organizado por la Cámara Nacional Electoral, comenzó a tomar velocidad apenas arrancó. Rápidamente, se notó la preparación de algunos de los candidatos, mientras que a otros -como a Gómez Centurión o Espert- les costaba mantener el timing. En la apertura, Macri retomó su discurso clásico de que necesita un segundo mandato para completar sus proyectos. Fernández sorprendió siendo el primero en atacar: «Hace cuatro años hubo otro debate. En ese debate alguien mintió mucho y otro dijo la verdad. El que mintió es el Presidente. El que dijo la verdad está sentado en primera fila. Yo vengo a decirles la verdad», lanzó. La estrategia, desde ese momento, fue confrontar como si estuviera perdiendo y no fuera el claro ganador de las PASO.
Espert no se quedó atrás al atacar a Macri: «A pesar de las trampas que algunos aquí presentes nos pusieron, vamos a competir». Y, ya que estaba, a Del Caño lo definió como «un eterno candidato». Por su parte, el candidato del FIT reiteró que la crisis la tienen que pagar «los grandes grupos económicos», Gómez Centurión se lanzó contra los que «creen en el aborto, en el adoctrinamiento de los niños y en el falso garantismo». Lavagna se limitó a mostrarse como alguien que podía sacarlos de la crisis.
Relaciones internacionales
El primer bloque giró en torno a la política exterior y Fernández no perdió el tiempo: «La globalización no nos obliga a estar de rodillas. Podemos entrar al mundo dignamente, de pie. América Latina tiene regiones disgregadas y dispersas. El Mercosur hace tiempo está abandonado. Hay que volver a unir a América Latina. Desde ese lugar, podemos discutir con la Unión Europea cómo llega a un acuerdo. Veo que Francia o Austria dicen que no lo van a aprobar. No le tengo miedo a la apertura, pero lo que no voy a permitir es que destruya la industria», lanzó.
Macri reincidió en su discurso clásico de apertura y dijo: «No sé por qué los otros candidatos insisten en no reconocer el acuerdo de la Unión Europea y Mercosur». A la hora del contraataque, le apuntó a Fernández con Venezuela: «La ex presidenta Kirchner condecoró con la Orden de San Martín al dictador Maduro. En esto no puede haber dobles discursos: o se está con la dictura o con la democracia. Y la neutralidad es avalar la dictadura». Tuvo el rápido respaldo de Espert, que habló de «cloaca» al referirse a la política exterior del kirchnerismo.
«No quiero eludir el tema Venezuela. Quiero que los venezolanos resuelvan el problema de Venezuela y no intervenir. ¿El Presidente está preparando la ruptura de relaciones? Espero que ningún soldado argentino termine en Venezuela», le respondió Alberto Fernández a Macri.
Curiosamente, Del Caño planteó algo similar y también recordó el apoyo de Macri a Ecuador en plena represión. «Macri es un lamebotas de Trump. Y también Sergio Massa saludó esa intervención», intentó terciar el candidato del FIT.
«¿Qué queríamos? ¿Que el narcotráfico avanzara en nuestro país? Defender la familia argentina es defender el narcotráfico. Nos preocupan algunas definiciones de la oposición», buscó meter cuña Macri. «Me impresiona cuando el Presidente dice las cosas que dice. No sé si mira lo que él hace. Relaciones internacionales no es sacarse fotos: no entró un centavo de inversiones», le devolvió el candidato del Frente de Todos.
Es la economía, Macri
El tema de la economía fue claramente donde Macri recibió fuego de todos lados. «Macri se va con cuatro millones de personas que cayeron en la pobreza. Los grandes bancos ganaron y también las privatizadas», abrió la ronda Del Caño. Espert apuntó contra los políticos («un conjunto de impresentables que ni siquiera pueden leer un discurso en el Congreso») y los sindicalistas («con el cuento de la justicia social, armaron una maraña de leyes cuya consecuencia es cinco millones de trabajadores en negro»).
Macri prometió que en su segundo mandato todo será mejor: «Se viene una etapa de alivio para la clase media. Me asusta cuando escucho a algunos decir que hay que volver a aumentar los impuestos», le apuntó a Fernández, que no esperó para responderle: «Un lugar donde el gobierno de Macri fracasó rotundamente fue la economía. Atacó el consumo. Les sacó dinero a los que trabajan y los jubilados. Afectó a la producción, por lo que afectó al desempleo. Entérese, Presidente: usted deja cinco millones de nuevos pobres. No le alcanzó con eso: construyó una deuda increible. Hoy es el cien por ciento del PBI. Lo primero que tenemos que hacer es volver a generar consumo, para que la economía vuelva a funcionar. Y necesitamos dólares para pagar la deuda, Presidente. Vamos a proponer la política del consenso con los industriales, el campo, los que trabajan y el Estado. El Presidente no se enteró, pero nos hizo un daño enorme».
«Nuevamente, escuché hablar del endeudamiento. Dos de cada tres pesos que tomamos de deuda fue para pagar deudas del gobierno anterior, y el restante fue para reducir el déficit fiscal», intentó responder Macri.
«No puedo dejar de asombrarme. No sé en qué país vive Macri. De los 39 mil millones que nos prestó el Fondo, se fugaron 30 mil. Se los llevaron sus amigos, Presidente, y alguna vez nos va a tener que explicar. No están en puentes, ni en rutas», le devolvió Fernández.
«Me alegra que el Frente de Todos hable de corrupción. Me sorprende que diga que yo destruí la economía, aunque hasta hace poco decía que la presidenta CFK destruyó la economía», dijo Macri.
«Acá hubo cómplices. Fernández dice que entre los jubilados y los bancos, elige los jubilados. Pero muchos de sus legisladores cuando tuvieron que votar, eligieron a los bancos», se metió Del Caño. «No es más la hora de frases marketineras», se sumó Lavagna.
Derechos humanos y género
El segundo bloque comenzó con una discusión jurásica entre Gómez Centurión y Espert por cuestionar el proceso de memoria, verdad y justicia recorrido en democracia. «En el curro de los derechos humanos, vamos a terminar con el pago a delincuentes terroristas e indemnizar a las víctimas de la subversión», retomó el primero el lenguaje de la dictadura. «Los derechos humanos en la Argentina parecen haber sido secuestrados por los defensores de los asesinos de los 70. Basta del curro de los derechos humanos», planteó Espert, que pidió liberar represores y «también juzgar a los terroristas». La propuesta de género de Centurión consistió en oponerse al aborto y plantear modificar la ESI para que sea una clase de biología.
«Es inaceptable que haya desigualdades entre los varones y las mujeres. Estamos trabajando en eso desde el primer día. La Argentina y Cuba eran los dos países sin un plan de igualdad. Lanzamos otro plan para la violencia de género. Hemos mejorado el sistema de denuncias, porque el que teníamos ni siquiera atendían el teléfono. Tenemos que terminar con los femicidios», se llenó la boca Macri.
Fernández le salió al cruce: «Presidente, si le preocupa la igualdad de género, preocupese por que el presupuesto se ejecute, porque hasta ahora ejecutaron solo el diez por ciento». «Acá hay gente que piensa que los derechos humanos son un curro y que el genocidio no existió. Los jueces dirimieron cuál fue la verdad. El tema de los derechos humanos es un imperativo moral de la sociedad argentina», sentó posición Fernández. «Sí, hablemos de las nuevas demandas: el colectivo feminista, que irrumpió de un modo increíble, es el que más debe llamar nuestra atención. Millones de mujeres pusieron sobre la mesa no sólo la violencia de género, sino también la desigualdad que sufren. Hay que darse cuenta que necesitamos cambiar las leyes», advirtió.
Del Caño se sumó con un saludo al Encuentro Plurinacional de Mujeres y disidencias, y recordó que en la votación por el derecho al aborto «vimos como senadores de Cambiemos y del Frente de Todos votaron en contra de los derechos de la mujeres». «No voy a escapar al tema del aborto. Los abortos ocurren y con castigarlos solo se logra que sean clandestinos. Vamos a lograr que las mujeres pobres lo hagan en condiciones de asepsia como lo hacen las ricas. Terminemos con la hipocrecía. Hay que tender a la legalización», sostuvo Fernández.
Educación y salud
Si a Macri se le hizo largo el bloque de economía, el último tema debe haber sido interminable. Optó por hablar de robótica en los jardines de infantes y de su sueño de poner inglés a distancia. «Si hay dos cosas que no atendió el Gobierno de Macri, fue la salud y la educación. La salud no solo dejó de ser un ministerio. Volvieron a asomar enfermedades que creímos desaparecidas. Así como no le interesa la salud no le interesa la educación: claro, cree que hay gente que tienen la desgracia de caer en la educación pública y tiene una gobernadora que cree que no tiene que haber universidades en el conurbano bonaerense. Cómo me gustaría que estos liberales hubieran aprendido de Alberdi. Si es verdad que el conocimiento es una revolución, explíqueme, Presidente, ¿por qué trató tan mal a los investigadores del Conicet?», lo atendió Fernández.
Lavagna comparó a Macri con Domingo Cavallo, cuando mandó a lavar los platos a los investigadores. Del Caño no se quiso quedar atrás: «Macri es un enemigo de la educación pública. Vidal intentó organizar a los padres para que se opongan a los docentes que reclamaban por salarios dignos. Ambos son responsables de la muerte de Sandra y Rubén en una escuela de Moreno. No hay gas en muchas escuelas, Presidente. ¿De qué nos habla?».
Gómez Centurión y Espert compitieron por ver quién denostaba más a los gremios docentes. Y Macri volvió al ataque con chicanas voladoras: «El Frente de Todos le dice que le interesa la educación y ocultó todas las estadísticas. Me imagino que Kicillof va a poner una narcocapacitación en las escuelas».
«Yo pensé que ibamos a hablar en serio, pero el Presidente sigue diciendo disparates. El presupuesto en Ciencia cayó un 43 por ciento, Presidente.»
«El PAMI era una cueva de corrupción y hoy funciona de forma transparente. Nuestros abuelos tienen la receta en el celular», se vanaglorió Macri.
«Ay, Presidente. Los abuelos no tienen celulares. No puede pagarlos. ¿Le preocupa la salud? -le preguntó Fernández-. El presupuesto en el salud cayó el 23 por ciento, mientras los intereses de la deuda subieron un 70 por ciento. Para los usureros todo, para la gente, nada.»