«Necesitamos decir para siempre adiós a estos malos momentos que nos han hecho vivir»
Fue un 17 de octubre distinto, no por la postal de la liturgia histórica que el peronismo desarrolla mejor que ningún otro movimiento político de América Latina, sino porque el partido que hizo detonar al poder establecido en la Argentina de mitad del siglo XX, volvió a estar unido en un solo acto después de muchos años.
Este Día de la Lealtad, junto a la Laguna Don Tomás, en La Pampa, el PJ convocó a una multitud desde horas del mediodía de este jueves en lo que fue el último gran acto del Frente de Todos antes de las elecciones del 27 de este mes.
Fue un mitiín que conenzó formalmente pasadas las 18 y que contó con tres únicos oradores. El primero en hablar fue e gobernador Carlos Verna, uno de los artífices de la unidad del peronismo y la posterior conformación del Frente de Todos. Luego, la estrella de la tarde/noche, Cristina Fernández de Kirchner, quien ofreció un breve pero potente discurso en el que acusó de «psicópatas» a las acciones de Mauricio Macri y su gobierno por «imputar a los demás lo que han hecho ellos».
Además de dedicarle al mandatario (sin nombrarlo) la indirecta de que «hay muchos machirulo suelto últimamente», la expresidenta subrayó que «por primera vez la Argentina parece atendida por sus propios dueños». Además, se preguntó «¿en qué nos equivocamos para que esto pudiera suceder?».
«Trabajan para dividirnos y enfrentarnos, para hacerle creer a compañeros y compañeras el destino individual por fuera del del conjunto», disparó Cristina, quien al promediar su discurso hizo una lejana referencia a su situación personal: «En estas luchas se entregan muchas cosas, demasiadas tal vez, pero quiero decirles que cada vez que parecía que iban a terminar con nosotros, yo tenía el amor de ustedes y la memoria de él, de mi compañero», dijo emocionada.
«Podría hacer leña del árbol caído pero a esta altura no vale la pena. Creo que todos los argentinos se dan cuenta de lo que está pasando», continuó y apuntó: «Tengamos la serenidad y el amor que va a exigir la reconstrucción de lo que se ha destruído».
Luego de la ex jefa del Estado fue el turno del candidato a presidente por el Frente, Alberto Fernández, quien al pararse frente a las miles de personas que se congregaron recibió una ovación igual a la de su compañera de fórmula.
En un discurso que fue más extenso que el de Cristina, Alberto, con la voz visiblemente afectada por el trajín de la campaña («me estoy quedando sin voz, sean piadosos», deslizó en un momento) apuntó a lo que será la herencia que dejarán los cuatro años de Cambiemos y puntualizó críticas a la gestión del macrismo. Además, subrayó la importancia de que el peronismo esté otra vez unido.
«Hacía muchos años que no pasábamos unidos un acto del 17 de octubre», dijo y agradeció al gobernador Verna sus gestiones para la unidad del PJ y para la realización del acto en esta fecha neurálgica para la cultura peronista. «Estamos unidos porque Cristina ayudó enoirmemente a esa unidad. ¡Gracias Cristina!«, apuntó también, para luego dedicarse a la situación del país.
«Que Argentina deje de caerse, que es lo que pasa cuando ellos legan al poder. Llegan y destruyen todo lo construido y nos dicen que el problema es cíclico, que trompezamos cada diez años con la misma piedra. ¡Ellos son la piedra que se nos cruza y nos hacen padecer!», lanzó con palabras similares a las usadas el día del debate.
«Espero que esta vez hayamos aprendido, que hayamos entendido que la política no es prepararse haciendo coaching diciendo ante una cámara lo que la gente quiere oir», arremetió, y agregó: «La política exige y, entiéndalo Presidente, comprometerse con la gente, no mentirle a la gente».
«Donde va Macri sigue mintiendo», disparó también: «Presidente no hay que tener vergüenza para decir que tomaron deuda para pagar lo que dejamos nosotros».
«Los argentinos están sintiendo la estafa en la que cayeron», puntualizó luego y agregó que para Cambiemos «donde hay una necesidad hay un negocio» y que están «todos los días quitándole derechos a la gente».
«Nos quieren hacer creer que para vivir en una mejor sociedad los que trabajan tienen que tener menos derechos», dijo además.
«Somos un país enorme que ha soportado dictaduras y ha vuelto, que ha sorportado genocidas y ha vuelto, que ha soportado una guerra y ha vuelto. Necesitamos que el 27 de octubre le digamos para siempre adiós a estos malos momentos que nos han hecho vivir», completó.
«Queremos que las familias desayunen, almuercen, merienden y cenen en sus casas y no en los comedores donde llega comida mendigada por esta gente», señaló Alberto cerca del cierre de su discurso.
Los últimos segundos fueron los de una de las frases más potentes de la jornada: «Se irán como siempre han hecho, dejando un pueblo sumido en la miseria». Y redondeó: «Nosotros solos no vamos a levantar al país, son todos ustedes. Vamos a volver todos y todas, vamos a hacerlo una vez más; tenemos que construir el país que nos merecemos», finalizó.