Fiestas navideñas: el primer desafío del plan contra el hambre del nuevo gobierno
El Frente de Todos pule las medidas para garantizar el acceso de los sectores más vulnerables a la canasta básica en los primeros días de diciembre. Las claves de la tarjeta de alimentos y la eliminación del IVA por segmentos
«Lo primero es poner comida en el plato de la gente». La afirmación se convirtió en catecismo en el discurso del presidente electo, Alberto Fernández, y, por propiedad transitiva, constituye el paradigma del plan de contención social que el Frente de Todos (FdT) ultima en diálogo con sindicatos, organizaciones sociales, empresarios y las Iglesias Católica y Evangélicas.
El diagnóstico común acerca de la situación «crítica» que atraviesan los estratos más vulnerables de la sociedad terminó de madurar en dos encuentros clave que Fernández encabezó esta semana: el plenario con los movimientos sociales en la sede de la Conferencia Episcopal Argentina y la reunión fundacional del futuro Consejo Federal Argentina contra el Hambre.
Ambos intercambios estuvieron destinados a generar masa crítica de consenso político alrededor del paquete de medidas que Fernández planea implementar a partir del primer día de gestión. El objetivo es tejer una red de respuesta inmediata en las semanas previas a las fiestas de fin de año, la primera prueba para el programa de contingencia que diseña la futura administración.
«La preocupación por el impacto de una inflación récord en un mes sensible como diciembre sobrevuela todos los intercambios. Desde los diferentes sectores convocados coincidimos en advertir una desarticulación profunda del tejido social y la necesidad de que el Estado llegue con rapidez, cuanto antes», reconoció a Tiempo un dirigente social que participó de las mesas de diálogo.
Mesa navideña
En las últimas semanas, el equipo de Fernández que lidera Daniel Arroyo –candidato seguro para encabezar el Ministerio de Desarrollo Social– puso la lupa en los procesos de licitación para la compra de cajas o canastas navideñas. Se trata de un recurso que el gobierno de Cambiemos utilizó en los últimos dos años, especialmente en el Conurbano bonaerense. Esta vez, la implementación final quedará atada a un proceso de transición que hasta ahora arrojó resultados cosméticos.
En paralelo, las organizaciones sociales –reivindicadas por Fernández en los dos encuentros de esta semana como un actor clave para sostener a los sectores más golpeados por el derrumbe de la economía– pusieron sobre la mesa la idea de un aguinaldo social, junto con una canasta navideña de al menos 13 productos para beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y programas sociales