Qué recomendaciones dio el FMI a los gobiernos para frenar el golpe del coronavirus a la economía
A través de su economista jefa, el organismo de crédito internacional aconsejó a las administraciones de todo el mundo articular «una respuesta internacional coordinada» para contener el impacto económico del COVID-19, como durante la crisis financiera de 2008. Mirá las medidas mencionadas, que recuerdan propuestas «populistas».
A través de su economista jefa, el Fondo Monetario Internacional, con el que la Argentina quedó fuertemente endeudada tras la gestión de Cambiemos, aconsejó a los gobiernos de todo el mundo articular «una respuesta internacional coordinada» para frenar el impacto económico del coronavirus, como ocurrió durante la crisis financiera de 2008, entre las que se destacan medidas que habitualmente son catalogadas como «populistas».
La economista jefe del FMI, Gita Gopinath, aseguró que debido a las «agudas» perturbaciones son necesarias «importantes medidas direccionadas en materia fiscal, monetaria y para los mercados financieros con el objetivo de ayudar a hogares y empresas».
«Está claro el argumento de que debe haber una respuesta internacional coordinada» para hacer frente a la epidemia, que ha dejado 110.000 infectados y 3.800 muertos, argumentó la funcionario del Fondo.
La referencia a modo de ejemplo es cuando, en noviembre de 2008 en plena crisis financiera mundial, el G20 que integran las naciones ricas y emergentes acordó recortes de tasas de interés y se comprometió a mantener estas políticas de estímulo el tiempo que fuera necesario para sostener la economía.
No obstante, la pregunta que se hace ineludible es a qué tipo de medidas se refiere en concreto el FMI y, aunque parezca increíble, al conocerlas lo primero que viene a la mente es la idea de «poner plata en el bolsillo de la gente», del presidente Alberto Fernández.
Es que la economista del organismo que dirige Kristalina Georgieva señaló que los gobiernos pueden ayudar a los trabajadores que sean despedidos por el cierre de empresas extendiendo y aumentando los seguros de desempleo, y abogó por «transferencias de liquidez, subsidios de empleo y alivios tributarios», además de una baja de las tasas de interés y apoyo financiero para los mercados por parte de los bancos centrales.
«En los lugares donde la baja laboral por enfermedad o por asuntos familiares no es algo generalizado, los gobiernos deberían considerar financiarlo para permitir que los trabajadores o quienes los cuiden se queden en casa sin miedo de perder sus trabajos durante la epidemia», explicó.
Para Gopinath, el objetivo debe ser «impedir que una crisis temporal dañe de forma irremediable a las personas y a las empresas, por las pérdidas de empleo y las quiebras».
La incertidumbre por la enfermedad, en conjunto con factores como la caída del precio del petróleo a nivel mundial, provocó un lunes negro en los mercados mundiales, que vienen de dos semanas de fuerte caída. Los intercambios quedaron suspendidos 15 minutos en Wall Street, y en medio de la incertidumbre, una guerra de precios entre productores de crudo derrumbó las cotizaciones.
Los inversores se mueven hacia valores más seguros, como los bonos del Tesoro de Estados Unidos. En América Latina, la bolsa de Sao Paulo perdía casi 10% y las operaciones fueron suspendidas por media hora. La tendencia se confirmó en otras plazas bursátiles de la región, y las monedas latinoamericanas sufrieron fuertes bajas. El peso chileno tocó un mínimo histórico.
Gopinath indicó que los costos humanos del nuevo coronavirus aumentan a un ritmo «alarmante» y que el impacto económico ya es «palpable» en los países más afectados. «Claramente la primera prioridad es mantener a las personas lo más sanas y seguras posible», indicó Gopinath.
El FMI ya ha advertido que el impacto de la epidemia del COVID-19 va recortar el crecimiento de la economía mundial por debajo de la proyección de 2,9% hecha el año pasado.
Cabe recordar que, hace unos días, el ente de crédito anunció un programa de USD 50 mil millones -más «pequeño» que el que Macri tomó con el organismo- a disposición de la lucha contra el coronavirus, libre de intereses y especialmente dirigido a los países de bajos ingresos y mercados emergentes.