Murió el magnate de la industria pornográfica Larry Flynt
Este miércoles murió Larry Flynt, magnate de la industria pornográfica en Estados Unidos y una figura mediática controvertida. De acuerdo a las crónicas locales, el «Rey del porno» falleció en su mansión de Los Ángeles, aunque se desconocen las causas de su muerte. Tenía 78 años.
El magnate se hizo muy popular tras fundar en 1974 la revista pornográfica «Hustler», con la que inicio un imperio en la industria sexual en el que vivió todo tipo de demandas, juicios, encarcelamientos y hasta un intento de asesinato en 1978.
Por su parte, su vida quedó documentada en el filme «The People vs. Larry Flynt» (1996), protagonizada por Woody Harrelson en el papel del conocido empresario, con el que ganó una nominación al Óscar.
De origen humilde, Flynt (nacido en 1942 en Kentucky abrió su primer club de «striptease» en 1964. Fue el primero de una serie de locales que inauguró por todo Estados Unidos y que reforzaron su marca en la industria del sexo. En 1974 comenzó a publicar su «magazine» de pornografía, «Hustler», que pronto alcanzó una circulación de 2 millones de ejemplares.
La revisa saltó a la fama tras publicar en 1975 unas imágenes de Jacqueline Kennedy Onassis bañándose desnuda en Grecia, ya que la competencia rechazó las instantáneas obtenidas por un paparazzi. Más tarde, a diferencia de otras publicaciones como Playboy y Penthouse, Flynt apostó por otra manera de mostrar las relaciones sexuales, más cruda y explícita, con el objetivo de que se parecieran más a la realidad de la clase obrera.
«Me di cuenta de que si nos volvíamos más explícitos, podríamos obtener una gran parte de este mercado. Sentí que el sexo crudo era lo que querían los hombres. Y tenía razón», explicó en una entrevista recogida por el Washington Post.
Pero ese objetivo dio paso a una serie de imágenes sádicas y perturbadoras que incluían violaciones en grupo, mutilaciones e incluso la espeluznante fotografía de una mujer en una picadora de carne que despertó una polémica internacional. Flynt defendió que ese montaje era una crítica implícita a la industria del porno pero sus explicaciones y su agitada defensa de la Primera Enmienda de la Constitución de EE.UU. (libertad de expresión) no le salvaron de denuncias y juicios por obscenidad. Incluso fue condenado a prisión por desacato. En 1978, a la salida de un juicio, el empresario fue acribillado a tiros por un asesino en serie, lo que le dejó en silla de ruedas para el resto de su vida.
En las décadas posteriores se inició en la producción y distribución de películas porno, abrió casinos y coqueteó con la política al postularse como aspirante a gobernador de California en 2003.