Isabel II y el rock: de la guerra punk a la unción de las estrellas británicas
La monarca fue el blanco predilecto de bandas como Sex Pistols, que la ridiculizaron en los 70. También supo distinguir a las estrellas de la música británica.
«Ella es un ser humano y la voy a extrañar mucho como un ser humano en el planeta Tierra. No es su culpa que haya nacido en una jaula dorada». Meses atrás, John Lydon hacía flamear la bandera blanca con la reina Isabel II, enemiga pública número 1 del movimiento punk en la década del 70 y, principalmente, de la banda de Lydon, Sex Pistols.
La relación de la monarca con el rock and roll osciló entre altas y bajas. Soportó los ataques constantes de los punks, que no pasarían de meras caricaturas si no fuera por la magnitud que tomó el movimiento, a la unción de estrellas de rock and roll como caballeros británicos; Paul McCartney, Eric Clapton y Elton John, por caso.
Guerra declarada
Representante de una de las monarquías más antiguas del mundo, no podía sino ser el blanco elegido por los huérfanos del estado de bienestar, que encontraron en su figura la representación cabal de una sociedad hipócrita y avejentada, con valores vetustos.
La punta lanza de ese movimiento fue Sex Pistols, que con su God Save The Queen transformó a Isabel en una burla para los jóvenes que crecían al calor del no future. Al respecto, Lydon aclaró una vez que «no se escribe una canción como ‘Goda save the Queen’ porque odies a los ingleses. Se escribe una canción así porque los amas y estás cansado de que los maltraten».
El lanzamiento del simple de los Pistols coincidió con el jubileo de Plata de la reina en 1977 y terminó en escándalo, ya que lo presentaron navegando en un barco por el río Támesis
El primer pistol en expresarse tras la muerte de Isabel II fue el guitarrista Steve Jones, quien publicó una foto de la reina intervenida por la banda con la frase «¿Cómo se sienten?».
Reconocimiento
Pero la monarca no solo fue villana en el folclore del rock and roll. También supo distinguir a las principales figuras de la música británica con sendos reconocimientos.
Por caso, en 1996 nombró a Paul McCartney como Caballero del Imperio Británico, una de las más altas órdenes que entrega la Corona. Desde ese día, el exbeatle es considerado «Sir».
Ese mismo reconocimiento ostentan entre otros músicos Rod Stewart, Ray Davies -de The Kinks-, Elton John, Mick Jagger y Eric Clapton.
Fue con Clapton que Isabel protagonizó un inédito momento. La Reina le preguntó, al igual que a Brian May, a qué se dedicaba. Rápido de reflejos, el guitarrista le respondió que tres años antes, en 2002, había tocado en los jardines del palacio para celebrar su jubileo de oro.
Los Beatles
Merece, sin dudas, un apartado la relación que Isabel II cosechó con los Beatles, los héroes del rock and roll británico.
«Para el último número, quisiera pedirles ayuda, los de los asientos baratos aplaudan, los demás hagan sonar sus joyas». Con esa frase, John Lennon inmortalizó el mítico recital del cuarteto de Liverpool en el Royal Variety Performance en el Prince of Wales Theatre. Sentada en su palco, contemplaba con estupefacción la monarca.
Sin embargo, aquella provocación no caló profundo en ella. Apenas dos años después, en 1965, los Beatles fueron condecorados con la medalla de Miembros de la Orden del Imperio Británico. Aquel gesto de grandilocuencia fue un guiño a los tiempos modernos y a los jóvenes.
Pero no terminó ahí. El amor/odio entre ambos sumó un nuevo capítulo cuando en en 1994, en el programa The Beatles Anthology, se reprodujeron supuestos audios en los que Lennon revelaba que él y sus compañeros habían fumado marihuana en los baños del Palacio de Buckingham.
Esa historia, sin embargo, fue desmentida por George Harrison. El guitarrista acreditó que acudieron al baño a fumar pero reveló que se trataba de cigarrillos normales y no de marihuana. «¿Qué es lo peor que puedes hacer antes de conocer a la reina? ¡Fumarte un porro!”, explicó.