Así quedó Martín Jaite
Luego del 3-2 a Israel con el que la Argentina eludió el descenso en la Davis, el capitán concluyó su gestión sin pelo; llegó a dos semifinales, pero también se distanció de Del Potro; «Necesito un poco de distancia», dijo.
En noviembre de 2011, antes de que la Argentina viajara a Sevilla para jugar la final contra España, se conocía que llegaba el turno de Martín Jaite como capitán. Su buena relación con varios jugadores era uno de sus pergaminos, además de haber sido coach de David Nalbandian. El del ex top 10 no fue un nombre que apareció de golpe: estaba en carpeta desde hacía 7 u 8 años. Deseó que Mariano Zabaleta fuera el subcapitán, porque entendió que el tandilense podía lograr un buen vínculo con otro hombre de la ciudad serrana, Juan Martín del Potro. El 14 de diciembre de 2011, en las páginas de LA NACION, ya se planteaba la incógnita sobre la relación con Del Potro. Jaite, pese a ello, fue confirmado como el 28º capitán argentino desde el comienzo de la participación albiceleste en la Ensaladera, en 1921.
«Tenemos jugadores con experiencia y un as de espadas, Del Potro», dijo Jaite, en un intento de seducción. Hubo cambios en el cuerpo médico y en el encordador. No tardaron en llegar polémicas, y la primera surgió luego de que Del Potro se bajó de la primera serie de 2012, ante Alemania. «Esperamos contar con él en el futuro», se lamentó Jaite. La Argentina quedaba debilitada ante un desafío de riesgo. Esa noche, en el Facebook de Nalbandian, hubo (in)directas para Del Potro, pero las corrigieron a los pocos minutos. Jaite quiso apelar al sentido amateur de sus jugadores. «Quiero tratar de volver a eso de cuando éramos chicos. La Davis tiene que ser divertida». El primer examen se superó (4-1) en Bamberg y se espantó el fantasma del repechaje. Se generaron expectativas, porque desde ese momento, en todas las series y contra cualquier rival, serían como local. Jaite y Zabaleta acompañaron, junto con Tito Vázquez, a Del Potro en Londres, en los Juegos Olímpicos, y hasta hubo fotografías juntos cuando la Torre ganó la medalla de bronce.
El próximo rival fue Croacia. Después de tres años y siete meses, desde la semifinal de 2008 frente a Rusia, Del Potro y Nalbandian volvieron a jugar juntos en Parque Roca. Hubo entradas agotadas y la Argentina triunfó 4-1. Durante esos días de felicidad plena, en los entrenamientos se pudo observar el perfil más motivador y distendido del capitán. «Vamos Gordini» o «Muy buena, Peti», arengó al Gordo Eduardo Schwank y al sparring Diego Schwartzman, que mide 1,67 metros. O cuando llamó «Black Sabbath» a Zabaleta.
Todo marchaba en paz, hasta que en septiembre, en la semifinal perdida por 3-2 con la República Checa, en Villa Soldati, todo explotó. Del Potro se sumó más tarde a los entrenamientos, perturbado por fiebre y una molestia en la muñeca izquierda. La relación entre Jaite y algunos jugadores con Del Potro se quebró allí y ya no hubo vuelta atrás, sobre todo luego de que la Torre no jugó el último día. En diciembre hubo otro capítulo: el capitán se cansó de esperar la respuesta de Delpo sobre si jugaría en la primera serie de 2013 y no lo incluyó en la lista. El 28 de diciembre, el tandilense anunció que no volvería al equipo.
En 2013, la Argentina tuvo rivales complicados (Alemania, Francia y República Checa), pero se las ingenió para alcanzar las semifinales de nuevo, con Charly Berlocq como revelación. Este año, ante Italia, en Mar del Plata, el equipo perdió (1-3) en la rueda inicial por primera vez desde el retorno a la A. Y ayer, ante Israel, Jaite terminó su gestión sin el sabor amargo del descenso.
«Es positivo el balance que hago. Estoy agradecido y contento con los tres años, desde lo personal y lo deportivo. No siempre se puede ganar. Me voy con la conciencia tranquila. Fueron experiencias únicas. Hoy (por ayer) en la silla sufrí mucho, porque emocionalmente eran partidos difíciles. No tengo dudas de que Leo (Mayer) y Charly (Berlocq) van a fortalecerse en sus carreras después de estos triunfos. Cuando hablamos de Copa Davis es esto, que puede pasar cualquier cosa, que una potencia como España descienda. Por suerte nosotros nos quedamos», expresó Jaite, que cumplió una promesa y se afeitó la cabeza. ¿Seguirá ligado a la Asociación Argentina de Tenis de alguna manera? «En este momento no lo sé. Necesito tomar un poco de distancia. Haré lo que sea mejor para la AAT», concluyó..