Bachelet propone despenalizar el aborto
La presidenta chilena envió un proyecto de ley al Congreso que contempla la interrupción del embarazo en casos de malformación fetal, riesgo de vida de la madre y violación. La derecha se opone.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, envió al Congreso un proyecto de ley para despenalizar el aborto en tres casos: malformación del feto, riesgo de vida de la madre y violación. La iniciativa, que cuenta con el rechazo de los sectores políticos más conservadores y de la Iglesia Católica, seguramente provocará un fuerte debate parlamentario, consignó Tiempo Argentino.
«No podemos condenar a las mujeres a que carguen solas con el dolor, con las pesadas consecuencias de no poder decidir por causa de una ley, porque atropellamos su dignidad», afirmó Bachelet al presentar el proyecto, que ya había anunciado en su discurso a la nación en mayo del año pasado.
Chile es uno de los diez países en el mundo que no permite el aborto en ningún caso. Varios legisladores de la oposición, aunque también dentro del oficialista Nueva Mayoría, ya anunciaron su rechazo al proyecto, por lo que la aprobación del Congreso no será un trámite.
Bachelet recordó que el aborto terapéutico estaba permitido en Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet, entre 1973 y 1990, pero fue abolido antes de que el ya fallecido represor abandonara el poder. La mandataria apeló a que la legislación actual «supone un incumplimiento inequívoco de las leyes internacionales» y recordó que varios organismos humanitarios recomendaron modificar la normativa vigente.
El proyecto oficial pone atención a los casos de embarazos de adolescentes en caso de violación y amplía el plazo de decisión para las menores de 14 años de edad de las 12 semanas habituales a las 18 semanas ya que, según dijo Bachelet, «las niñas y adolescentes muchas veces desconocen su estado» hasta ese momento. También antepone la confidencialidad del médico a la obligación actual de denunciar ante el sistema judicial a la mujer que practica el aborto. Y permite la objeción de conciencia del profesional, en cuyo caso se derivará a otro que no la acuse.