Buitres: semana clave para un acuerdo
La cuenta regresiva empezó ayer: en sólo 15 días la Argentina cae en default a menos que las dos rondas de diálogos con el mediador Daniel Pollack hayan logrado preparar el terreno para la reposición de una medida cautelar por parte del juez de Nueva York Thomas Griesa, informó Tiempo Argentino.
Según lo que dio a entender Pollack, «special master» designado por el tribunal neoyorquino, esta semana debería existir un nuevo encuentro con las partes, aunque sea por separado, pero según pudo saber este diario todavía no hay una agenda establecida.
El modelo buscado por el gobierno nacional tiene su referencia principal sobre lo que sucedió luego de la renacionalización de la petrolera YPF. Las negociaciones con la española Repsol comenzaron en un punto máximo de tensión y desacuerdo, y el trabajo sobre los costados tanto políticos como técnicos del conflicto, requirió cerca de dos años de diálogo y reuniones entre las partes. Además, tal como indicó la comitiva argentina en la última reunión que tuvo con Pollack, el viernes pasado, el trabajo más intenso fue durante los últimos meses de diálogo.
Frente a esto se espera un gesto a favor de las negociaciones por parte de los fondos buitre. Su estrategia fue mostrarse como los que se presentaban al diálogo mientras el gobierno argentino se negaba, y pusieron el caso Repsol como ejemplo de lo que sería un trato aceptable para ellos (mediante la emisión de bonos en un plazo favorable para ambas partes), cuestión aprovechada por los abogados del país para sostener que si son aceptables las condiciones también hay que entender que se lograron dentro de ciertos plazos de negociaciones.
«Si no hay un acuerdo, la próxima crisis de deuda soberana de Argentina comenzará el 30 de julio. Aún hay tiempo para evitar ese resultado, pero sólo si el gobierno argentino inicia conversaciones serias con nosotros inmediatamente», dijo en este contexto el fondo Aurelius –que avanza a la par de NML, propiedad del multimillonario republicano Paul Singer– en un comunicado.
El ingreso a escena de los bonistas reestructurados y de las entidades encargadas de la distribución de los pagos que efectúa la Argentina ha complicado el panorama legal, pues no es de descartar presentaciones judiciales cruzadas entre unos y otros.