Carlitos: entre los millones de China, la gloria con Boca y el retiro
Son dos los compromisos que le quedan a Boca este año: nada menos que el Superclásico ante River en el Monumental este domingo y el duelo ante Colón en la Bombonera, la semana siguiente. Los resultados de ambos cotejos podrían depositar como líder al equipo dirigido por Guillermo Barros Schelotto, quien aguarda por el futuro de Carlos Tevez.
El máximo referente del plantel xeneize sembró muchas dudas: cuando le mencionaron la importantísima propuesta del fútbol chino, no solamente abrió una puerta para emigrar, sino que también puso interrogantes a su continuidad como jugador profesional.
«No sólo existe la posibilidad de irme, sino también de dejar de jugar», fue la frase que resonó en los pasillos de la Bombonera y preocupa a todos los fanáticos boquenses. En más de una ocasión, el propio Carlitos manifestó su deseo de colgar los botines a los 28 años, y desde que retornó al club de sus amores, recordó que ese tiempo había pasado y no saca de su cabeza esa idea.
La frustración tras la derrota en las semifinales de la Libertadores 2016 ante Independiente del Valle no fue suficiente para que el Apache se alejara del fútbol. Después de debatirlo en la intimidad, recargó fuerzas y hasta levantó su nivel a partir de ese cachetazo. Ahora, en el mejor momento futbolístico desde que volvió, apareció la propuesta de Asia y él definirá.
Sin la participación de Boca en la Libertadores ni Sudamericana y a la espera de la apertura de la nueva edición de la Copa Argentina el año que viene, el conjunto del Mellizo simplemente apostará fichas al campeonato doméstico, donde se perfila como uno de los candidatos. ¿Será suficiente para motivar a Tevez de que siga usando la azul y oro en 2017?
En China le ofrecieron más de 40 millones de dólares de contrato y mientras circulan los fantasmas del retiro en su cabeza, Tevez tendrá que decidir en cuestión de semanas dónde y si seguirá jugando. Su vínculo con Boca expira en junio de 2018, pero Daniel Angelici sabe que depende exclusivamente de la voluntad del ídolo para mantenerlo en la institución.