Cientos de miles de estudiantes coparon las calles de Brasil contra los recortes de Bolsonaro
Las manifestaciones se produjeron en al menos 126 ciudades de los 27 estados del país, donde no faltaron las peticiones para que se ponga en libertad al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Cientos de miles de brasileños salieron a las calles de las principales ciudades del país este jueves para protestar contra el recorte del 30 por ciento del presupuesto que el Gobierno de Jair Bolsonaro quiere aplicar a las universidades públicas. Las protestas, convocadas principalmente por sindicatos de estudiantes y de profesores, se fueron produciendo a lo largo del día en al menos 126 ciudades de los 27 estados del país, según recoge la prensa local.
Las manifestaciones más concurridas fueron las de São Paulo, donde los manifestantes desplegaron una gigantesca pancarta con el lema «La educación une a Brasil», y la de Río de Janeiro, que llenó las principales calles del centro de la ciudad. En un ambiente festivo, grupos de estudiantes gritaban contra los recortes y el fin de las becas y hacían alusiones al contraste entre la afición que Bolsonaro siente por las armas y el supuesto desdén que dedica a las universidades. «Me libro de las armas, me armo con libros», se podía leer en uno de los carteles de la marcha, donde tampoco faltaron las peticiones para que se ponga en libertad al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, siempre presentes en las protestas de la izquierda brasileña.
Muchos de los manifestantes, sobre todo los profesores, expresaban su preocupación por las palabras del ministro de Educación, Abraham Weintraub, que en un video en Twitter acusó a los docentes de adoctrinar a sus alumnos «coaccionándoles» para que acudieran a los actos de protesta. Para Marcelo Guimarães, profesor de Filosofía de la Universidad Federal del Estado de Río de Janeiro (UNIRIO) la estrategia del Gobierno pasa por desinformar y confundir para poner a la población en contra del sector educativo: «Hacen acusaciones tan absurdas… es un surrealismo completo, en el peor sentido de la palabra, es muy triste lo que estamos viviendo», decía. Guimarães, igual que decenas de profesores, dio su clase el jueves en la calle para acercar lo que de verdad sucede en las facultades a los ciudadanos de a pie.«La gente se acerca a preguntar, muestra interés por lo que hace la universidad, pero desgraciadamente la visión negativa que propaga el Gobierno genera un sentimiento de desconfianza», aseguró.