Con multitudinarias marchas, oposición venezolana presionó a Maduro
La oposición venezolana dio este miércoles un ultimátum al gobierno de Nicolás Maduro durante multitudinarias protestas, en la que anunció que declarará al presidente «en abandono del cargo» y convocó a una huelga general. Durante las marchas, un agente murió en enfrentamiento con manifestantes en el estado de Miranda. Asimismo, hubo 120 heridos y 147 detenidos.
Vestidos en su mayoría con camisetas blancas y gorras con la bandera de Venezuela, los manifestantes arrancaron de siete puntos de Caracas y convergieron en la autopista Francisco Fajardo (este), copada por la multitud, en lo que llamaron la «Toma de Venezuela».
Al final de la marcha de cientos de miles de personas -que activistas estimaron en 1,2 millones de manifestantes-, los principales dirigentes de la oposición anunciaron su ofensiva para lograr la destitución de Maduro, tras la suspensión del referendo revocatorio.
Desde la tribuna, el presidente de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, Henry Ramos Allup, anunció que Maduro será declarado en «abandono del cargo» por el parlamento, lo que le será «notificado» en una manifestación hacia el palacio presidencial de Miraflores el 3 de noviembre.
«Hemos comenzado un proceso para declarar la responsabilidad política de ese vago que tenemos en Miraflores», dijo Ramos Allup, al explicar que la figura del «abandono del cargo» está contemplada en la Constitución cuando el presidente deja de cumplir sus deberes.
Al tomar la palabra, el secretario de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) llamó a una huelga general de 12 horas el próximo viernes.
En medio de una crispación creciente, el líder Henrique Capriles exigió a Maduro «ordenar» al poder electoral reactivar el proceso del revocatorio.
«Hoy le estamos dando un plazo al gobierno. Yo le digo al cobarde que está en Miraflores (…) que el 3 de noviembre todo el pueblo venezolano se viene para Caracas porque vamos pa ‘Miraflores», advirtió Capriles.
En Caracas la movilización transcurrió sin incidentes, pero en ciudades de algunos estados, como Táchira, Mérida y Sucre se registraron escaramuzas. Al menos 39 detenidos y 20 heridos dejaron las marchas opositoras, denunció Alfredo Romero, director de la ONG Foro Penal.
Los dirigentes de la MUD descartaron asistir el domingo a la mesa de diálogo en la isla Margarita (norte), facilitado por el Vaticano.
«Que nos mande Maduro fotos de la playa, que el domingo no vamos a Margarita», agregó Capriles.
Maduro instaló el Consejo de Defensa de la Nación con el propósito de que este órgano de máximas autoridades de los poderes públicos evalúe el «golpe parlamentario».
«Está convocada la mesa de diálogo nacional. Yo voy a asistir porque yo quiero el diálogo por la paz del país», dijo el presidente.
Luego, se dirigió a miles de sus seguidores que se concentraron a las afueras de Miraflores para apoyarlo.
«La Asamblea Nacional lamentablemente ha tomado el camino del desacato a la Constitución», dijo, al criticar la ausencia de Ramos Allup en la reunión del Consejo de Defensa.
La oposición responsabiliza a Maduro de la crisis política y económica y sostiene que el revocatorio era la «válvula de escape» de una población hastiada de hacer largas filas para conseguir los pocos productos a precios subsidiados.
El gobierno culpa a «empresarios de derecha» de la crisis que se refleja en escasez de alimentos y medicinas y una inflación calculada por el FMI en 475% para este año.
Klenia Campos, ingeniera informática de 41 años, cree que la marcha «es una medida de presión para que (Maduro) entienda que se tiene que ir».
«El pueblo salió pacíficamente, estamos en la calle y creo que nos vamos a quedar hasta que haya una respuesta de este gobierno que no respeta la Constitución y le tiene terror al revocatorio», comentó Víctor Jiménez, publicista de 63 años.
La marcha ocurrió en el que debía ser el primero de tres días para la recolección de cuatro millones de firmas, último paso antes del llamado a referendo, suspendido por el poder electoral por un supuesto fraude.
Al cumplir ese requisito, la oposición quería evidenciar el mayoritario rechazo al gobierno de Maduro, al que seis de cada diez venezolanos está dispuesto a revocar, según la encuestadora Datanálisis.
• Un Policía murió en enfrentamientos con manifestantes en el Estado de Miranda
Un policía murió y otros dos resultaron heridos este miércoles durante enfrentamientos entre agentes y manifestantes de oposición en Venezuela, dijo el ministro de Interior y Justicia, general Néstor Reverol.
«Lamentablemente tenemos un oficial de la policía del estado Miranda fallecido, José Alejandro Molina Ramírez, y tenemos dos oficiales heridos, uno por arma de fuego y otro por un objeto contundente», señaló Reverol en una comunicación telefónica con la televisora gubernamental.
El general dijo que manifestantes iniciaron «un ataque con armas de fuego» contra policías que el miércoles en la noche acudieron a disolver el bloqueo de un tramo de la carretera entre Caracas y San Antonio de los Altos, una ciudad satélite de la capital.
Al menos 120 personas resultaron heridas y otras 147 fueron detenidas tras los choques registrados con los cuerpos de seguridad.
Asimismo, el reportero gráfico argentino Rodrigo Abd y otros cuatro periodistas peruanos fueron retenidos desde ayer en el aeropuerto de Maiquetía, en Caracas, ya que las autoridades venezolanas no les permitieron el ingreso al país, donde debían cubrir las multitudinarias marchas opositoras y el devenir de la crisis institucional por la que atraviesa el país caribeño.
Abd, quien a lo largo de su carrera profesional fue distinguido con el Premio Pulitzer, permanecía esta tarde en el aeropuerto junto con el reportero de Televisa Ricardo Burgos, el camarógrafo Leónidas Chávez, el editor Armando Muñoz y el fotógrafo Ricardo Venegas, todo ellos peruanos.
El embajador de Perú en Venezuela, Mario López Chávarri, realizó gestiones ante la Cancillería de ese país para lograr la autorización de ingreso para los periodistas, según informó hoy el Ministerio de Relaciones Exteriores, citado por el diario limeño El Comercio en su edición online.
«Siguen en el aeropuerto. Está yendo para allá nuevamente el Cónsul General adjunto para ver en qué vuelo retornarían al Perú. Paralelamente el embajador está en contacto con la Cancillería local para ver si todavía es posible su ingreso a Venezuela», comentó el ministro consejero Carlos Rossi, de la embajada de Perú en Caracas.
El diplomático aseguró que las conversaciones para solucionar la situación «se están haciendo al más alto nivel», pero «todavía no hemos recibido respuesta de las autoridades».
Sobre el estado de los periodistas, Rossi aseguró que «están bien, esperando qué se decide», según pudo saber tras una comunicación que mantuvieron con el consulado horas antes.
Los periodistas fueron retenidos ayer al llegar al aeropuerto internacional de Maiquetía y declarados «inadmisibles» por supuestamente no contar con los permisos para cubrir la «Toma de Venezuela», con la que la oposición se manifestó este miércoles en contra de la suspensión del proceso de referendo que impulsan para revocar el mandato del presidente Nicolás Maduro.
El diario La Nación conversó con Abd, que actualmente trabaja para la agencia Associated Press. El reportero, quien además ganó el Premio Maria Moors Cabot a la excelencia periodística, consideró que que lo que le ocurre a él y al grupo de colegas peruanos «es mucho más negativo que una foto de una marcha multitudinaria».
«Siempre que viajé hice lo mismo: completé los datos del ministerio, los mandé y me aceptaron. Sabían las fechas en las que iba a venir. No tienen razón para no dejarme entrar. Y tampoco me escuchan o me dan explicaciones. Es un maltrato», explicó.
«Yo llegué y me anuncié como periodista. Los chicos de Perú no, el tema es que cuando fueron a recoger el equipaje, los oficiales del aeropuerto vieron que traían cámaras y ahí los encararon», agregó Abd.
Asimismo, aseguró que no hay presencia policial en el área que se encuentra junto con los peruanos. «Ahora estamos custodiados por la gente de Avianca, la aerolínea en la que viajamos. Se quedaron con nuestros pasaportes. Las autoridades les pidieron a ellos que nos metieran en un vuelo de nuevo a Lima, que es de donde venimos. No hay policías ni gendarmes acá», afirmó.