Condena para la periodista y el pastor
Estefanía Heit y su esposo, Jesús Olivera, fueron condenados por reducir a la servidumbre, lesionar gravemente y estafar a Sonia Molina, quien permaneció cautiva tres meses en su casa de Coronel Suárez, en 2012.
El Tribunal Oral Criminal 1 de Bahía Blanca consideró, además, a Olivera (30) autor del delito de abuso sexual agravado de Molina (35), mientras que lo absolvió, al igual que a Heit (31), de la tentativa de homicidio de la denunciante, por la que los había acusado la Fiscalía.
Al término de la lectura del fallo, la propia víctima se mostró satisfecha con el veredicto condenatorio y aseguró que «lo importante es que estas personas no estén sueltas».
«Se hizo justicia. He dicho la verdad y si bien esperaba muchos años más de condena, igualmente estoy conforme», dijo Molina a la prensa en la sala de audiencias.
El fiscal de juicio, Eduardo Zaratiegui, quien la semana pasada había pedido penas de 22 años para Olivera y de 16 años para Heit, consideró «justo» el fallo condenatorio y adelantó que no va a apelarlo.
«Este fallo es importante por la pena, que es grave, cuantiosa», expresó el fiscal, quien añadió que más allá de algunas diferencias en las consideraciones de los delitos por los que la pareja fue condenada, se trató de una resolución «justa» que no va a ser apelada por su parte.
Zaratiegui explicó que si bien él había requerido que Heit y Olivera fueran condenados por privación ilegal de la libertad, el tribunal optó por la figura de «reducción a la servidumbre»; mientras que los jueces no dieron por probado por parte de Olivera el abuso sexual anal y oral pero sí el vaginal.
Las defensas de los acusados habían reclamado en los alegatos que ambos sean absueltos al considerar que no se acreditó en el juicio la comisión de los delitos imputados a Olivera y Heit, quienes se negaron a declarar en el debate, al que llegaron alojados en la Unidad Penal 19 de Villa Floresta.
El caso se conoció el 12 de noviembre de 2012, cuando Molina escapó del domicilio de la periodista, en la calle Grand Bourg 1823, de Coronel Suárez, y denunció ante la policía que allí la pareja la había mantenido encerrada tres meses, durante los cuales fue golpeada, violada y sufrió maltratos como haber ingerido comida para perros y excrementos.
Al momento de huir de la casa, Molina se encontraba en un avanzado estado de desnutrición y en muy mal estado físico, por lo que debió ser hospitalizada.
Con el avance de la pesquisa, los investigadores determinaron que la mujer había sido capada por la pareja con falsas promesas de integrar una organización religiosa liderada por el supuesto pastor, a la cual entregó todos sus bienes materiales.