Cuba reabrirá su embajada en Estados Unidos
Cuba reabrirá mañana su embajada en Estados Unidos, 19.921 días después de haber roto relaciones diplomáticas con Washington, con un acto formal que tendrá cerca de 500 invitados y que encabezará Bruno Rodríguez, el primer ministro de Relaciones Exteriores de la isla que visita oficialmente suelo norteamericano en 50 años.
Una comitiva cubana de ex funcionarios, legisladores, figuras de las artes, la educación, la salud y la cultura y representantes del Consejo de Iglesias, más centenares de invitados estadounidenses, verán izarse la bandera cubana en el viejo edificio de estilo francés del Barrio Latino de Washington, lo que marcará un paso histórico en el complejo proceso de normalización de la relación bilateral.
La reapertura de la embajada constituye, en términos diplomáticos, que la sede deja de ser solo una Sección de Intereses, algo que también ocurrirá con la representación de Estados Unidos en La Habana, aunque en este caso no hay fecha aún para el acto oficial.
En la semana, el subdirector para América del Norte de la Cancillería cubana, Gustavo Machín, explicó que Rodríguez estará en Washington al frente de una delegación que integrarán, entre otros, el cantautor Silvio Rodríguez, el historiador Eusebio Leal, el artista Alexis Leiva «Kcho», los ex diplomáticos Ricardo Alarcón y Ramón Sánchez Parodi, el ex ministro Abel Prieto y la directora general de Estados Unidos de la Cancillería, Josefina Vidal, quien lideró la delegación de la isla en las negociaciones oficiales.
Del lado estadounidense estarán algunos legisladores, empresarios, representantes de organizaciones no gubernamentales y de grupos de solidaridad con la isla y miembros de las diferentes iglesias norteamericanas. Se sabe que participará del acto la secretaria de Estado adjunta para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, que encabezó las negociaciones.
«Hemos invitado a muchas personas y especialmente a aquellas que durante todos estos años han estado trabajando fuertemente por lograr una mejor relación entre Cuba y los Estados Unidos», relató Machín el viernes pasado.
A las 10.30 (11.30 en la Argentina) se izará la bandera en el mástil que está en los jardines del elegante edificio, y después hablará Rodríguez, que más tarde será recibido en el Departamento de Estado por el secretario John Kerry, justamente el encargado de encabezar idéntica ceremonia en la futura embajada La Habana, por ahora sin fecha.
Con el restablecimiento de los vínculos diplomáticos, los actuales jefes de las secciones de intereses, el cubano José Ramón Cabañas y el estadounidense Jeffrey DeLaurentis, pasarán a ser encargados de negocios hasta que ambos países nombren a sus respectivos embajadores, algo que parece que será más complicado en Estados Unidos, porque los republicanos ya anunciaron que no lo votarán en el Congreso.
Con la apertura de mañana, que marca formalmente el reinicio de relaciones diplomáticas -rotas en enero de 1961- los dos países dan otro paso importante en el proceso de acercamiento que pusieron en marcha el 17 de diciembre del año pasado.
Aunque los pasos ya dados fueron enormes, Washington y La Habana tienen todavía una agenda pendiente de mucho peso: Cuba exige el levantamiento del bloqueo económico y comercial, la devolución de la base de Guantánamo y el cese de las transmisiones ilegales que se hacen desde Miami, y Estados Unidos reclama algún resarcimiento por las empresas que la isla estatizó en los ’60.
Para después del acto está prevista la charla entre Rodríguez y Kerry y luego una conferencia de prensa conjunta. El vocero del Departamento de Estado, John Kirby, anticipó que la de los diplomáticos -que ya se vieron en abril en Panamá, durante la Cumbre de las Américas- será una «conversación sustancial» sobre la relación.
«Será mucho más que un apretón de manos y una foto», anticipó Kirby, en busca de darle relevancia a ese encuentro, en el que, se estima, se hablará de telecomunicaciones, salud, migración y derechos humanos, según las pretensiones de Washington.
Para medir el tenor de los asuntos pendientes alcanzan las palabras de la semana pasada del presidente cubano, Raúl Castro, quien dejó claro mañana “habrá concluido una etapa del largo proceso, pero empezará otra larga y compleja”, pero que no habrá “relaciones normales” bilaterales hasta que se levante el bloqueo y Estados Unidos devuelva Guantánamo.
La embajada de Estados Unidos en Cuba, ubicada sobre el malecón habanero, comenzará a funcionar también mañana, aunque su apertura será de menor nivel que la de la misión cubana, porque los grandes festejos se reservan para cuando viaje Kerry.
El edificio en el que funcionará desde mañana la embajada cubana está en Columbia Heights, una suerte de barrio latino de Washington, a unos tres kilómetros de la Casa Blanca y rodeada de casa de comidas que reflejan la presencia de migrantes.
Checoslovaquia primero y Suiza luego operaron como resguardo de la representación cubana, levantada en 1917 bajo los mandatos del clasicismo.
Cuando los dos países rompieron relaciones, la sede ya estaba sin autoridad: Ernesto Dihigo López de Trigo había sido llamado a consultas en noviembre de 1959.
La ruptura formal fue el 3 de enero de 1961, y la oficializó Dwight Eisenhower, porque el gobierno de Fidel Castro había conminado a Estados Unidos a reducir el personal de su embajada en La Habana de 69 a 11 personas, el mismo número que formaba la representación cubana en Washington.