Deprimido y solitario, Gonzalo Higuaín decidió no volver al país con sus compañeros de la Selección
La célebre novela Triste, solitario y final de Osvaldo Soriano aplica a la perfección para la actualidad de Gonzalo Higuaín, uno de los jugadores de la Selección más deprimidos por el desenlace de la Final ante Chile.
El goleador del Napoli, señalado por la inmejorable ocasión de riesgo perdida mano a mano ante Claudio Bravo en el primer tiempo del partido, sufrió en carne propia la derrota por penales y quedó un buen rato entre lágrimas en el vestuario, sin asimilar la tercera desazón consecutiva.
Lejos de recuperarse anímicamente con celeridad, el ex River prefirió permanecer unas horas más en el búnker de la Selección en la ciudad que albergó el choque decisivo y se negó a regresar al país en el mismo avión que el plantel.
Compungido, Higuaín eligió atravesar el mal momento a su manera y en absoluta soledad. Recién por la tarde abandonó el alojamiento de la albiceleste en un remís, previo saludo a Sergio Romero -otro que siguió en Estados Unidos con su mujer y sus hijos- y algunos colaboradores de la delegación.
Su futuro es una verdadera incógnita, debido a que trascendió que se replantea seriamente vestir los colores argentinos en los próximos compromisos. Por ahora, su destino será Ohio por unos días, visitando a su hermano Federico, que se desempeña en la liga de aquel país.