Dos muertos en «un posible asesinato-suicidio» en la Universidad de California
DOS HOMBRES MURIERON ESTE MIÉRCOLES DENTRO DE UNO DE LOS EDIFICIOS DEL CAMPUS DE LA UCLA EN «UN POSIBLE ASESINATO-SUICIDIO», QUE DURANTE HORAS FUE CONSIDERADO COMO UN TIROTEO QUE PROVOCÓ EL CIERRE DE TODA LA ZONA Y EL DESPLIEGUE DE NUMEROSAS FUERZAS.
En un comunicado difundido en su cuenta de Twitter, el Departamento de Policía de Los Angeles informó que la situación «fue contenida» y ya es «seguro» volver a circular por el campus, que volvería a abrir sus puertas en las próximas horas.
«Como una medida de excesiva precaución, la búsqueda (de potenciales sospechosos) continuará en el edificio en el que sucedió el incidente», agregó la policía en esa misma red social.
El jefe de la Policía de Los Angeles, Charlie Beck, encabezó personalmente la búsqueda en el campus y, finalmente, comunicó a la prensa que existían evidencias que señalaban a un «asesinato-homicidio» ya que sus hombres encontraron lo que «podría ser una nota suicida».
Tras recibir una denuncia de estudiantes que escucharon tres disparos, a las 10 de la mañana (14 hora argentina), la policía se trasladó al campus y encontraron a dos hombres muertos con heridas de bala dentro de uno de los edificios de la Facultad de Ingeniería.
La Policía no identificó a las víctimas, sin embargo, en una conferencia de prensa posterior, Beck sostuvo que «es posible» que uno de los dos fallecidos haya sido el tirador.
No obstante, la policía universitaria, la de la ciudad y agentes del FBI, continuaron rastrillando el inmenso campus durante varias horas, en búsqueda de posibles atacantes y víctimas, y llegaron a declarar toda la ciudad de Los Angeles bajo «alerta táctica».
Aún no está claro cómo comenzó el tiroteo. Hasta ahora lo único que se conoce son algunos relatos de estudiantes que estaban en la zona a media mañana.
Por ejemplo, una estudiante de Psicología de 21 años, Mehwish Khan, contó al diario local Los Angeles Times que «todo el campus simplemente comenzó a correr y yo corrí también».
Desde su celular, la joven explicó que «todos estaban muy confundidos. Entramos a un edificio y nadie sabía lo que estaba pasado».
Inmediatamente el campus se llenó de policías fuertemente armados y varios helicópteros comenzaron a sobrevolar la zona.
Poco después lo hizo el FBI, lo que podría implicar que se trate de un delito federal y no simplemente criminal.
Imágenes aéreas de los canales de televisión locales mostraron más tarde filas de jóvenes que salían de uno de los edificios del campus con los brazos sobre la cabeza, escoltados y guiados por los policías.
Las horas de tensión que se vivieron hoy en la universidad californiana hicieron recordar el sinfín de tiroteos masivos que todas las semanas sacuden alguna ciudad en Estados Unidos, muchas veces en instituciones educativas.
Según el portal especializado ShootingTracker, en lo que va del año ya se registraron 118 tiroteos masivos, es decir, tiroteos en los que mueren al menos cuatro personas.
El año pasado hubo 325 tiroteos masivos, mientras que el anterior se registraron 265.
Este tipo de ataques se volvió un dato más de la cotidianidad estadounidense hace ya un tiempo y en los últimos años el presidente Barack Obama intentó, sin éxito, vincular este tipo de violencia con la venta irrestricta de armas, inclusive armas de guerra.
Pese a los esfuerzos de Obama, su gobierno no logró imponer una ley que obligara a todos los vendedores de armas a hacer chequeos de antecedentes penales y psicológicos a los comprados, y limitara dramáticamente la venta de armas de asalto, es decir, de las versiones civiles de armas de guerra.