Dramáticos relatos en el Megajuicio
En el IV Juicio por delitos de lesa humanidad se desarrolló la audiencia número 91. La jornada contó con las declaraciones de cinco testimonios ofrecidos por Ana Jakowczyk, Juan Carlos Granizo, Inés Atencio, Delia Massolo y Mercedes Verdejo. Sus declaraciones refirieron sobre secuestros, detenciones ilegales, delitos sexuales y asesinatos cometidos en nuestra provincia en la última dictadura cívico militar.
En primer lugar declaró Ana Teresa Jakowczyk. Su testimonio aportó datos sobre el secuestro ilegal y posterior desaparición de su hermano menor, Carlos Ángel Jakowczyk y su cuñada, María Inés Correa Llanos.
Carlos Jakowczyk vivió con su familia en Bowen (General Alvear) desde 1949; aprendió el oficio de electricista por su padre y desarrolló esta actividad hasta trasladarse a Chacras de Coria junto a María Inés a quien conoció en el Hospital Central, donde ella trabajaba como instrumentista.
“Carlos y María Inés realizaban tareas sociales para niños junto al Padre José María Llorens. Él enseñaba deportes y ella, a bordar”, expresó la testigo al recordar al matrimonio secuestrado el 6 de septiembre de 1976. Al momento del secuestro, María cursaba su sexto mes de embarazo. “Al padre de ella le dijeron que la había ajusticiado”, recordó Ana en su breve exposición.
Seguidamente declaró el testigo Juan Carlos Granizo sobre la detención de su hermano Luis Alberto.
“Mi hermano era gastronómico, tenía la concesión de un comedor y todas las noches regresaba al departamento que alquilaba por el mismo trayecto. Desde la noche que lo secuestraron no se supo más nada de él”, expresó el testigo al recordar a Carlos, quien además se desempeñaba como Secretario de Actas en el Gremio de los Gastronómicos al momento de su secuestro, ocurrido el 13 de noviembre de 1975.
“Anduvimos por todos lados; en la Seccional Cuarta no me aceptaron la denuncia porque no había transcurrido tiempo suficiente”, relató testigo al describir el contexto en el que se enmarcaban las acciones para dar con Luis Alberto, a raíz de las cuales fue víctima de persecución y posteriormente detenido ilegalmente por oficiales de la Policía de Investigaciones. “Me dijeron que era un trabajo de operativo. Me sacaron de mi casa y me llevaron al D2”, señaló.
En el mismo mes de ocurrida la desaparición de Luis Alberto, fue encontrado sin vida en el Centro Clandestino de Detención (CCD) Campo Las Lajas. “Su cuerpo apareció totalmente calcinado, pero lo identifiqué por un llavero y un encendedor que tenía con sus iniciales”, declaró Granizo quien al finalizar su testimonio recordó un episodio en donde el ex jefe de la policía provincial Julio Cesar Santuchone le dijera: “Tienen que pasar veinte años para esclarecer el crimen”.
El tercer testimonio fue ofrecido por Inés Atencio, quien declaró en calidad de víctima y testigo.