Duro Tour francés
La victoria española de una etapa del Tour de Francia se sigue esperando desde que Alejandro Valverde ganara en 2012. Con la que se disputó ayer, el país que más Tours ha ganado en los últimos 25 años lleva recorridas 39 etapas de la mejor carrera del mundo sin subirse al podio de ganador.
Los Pirineos darán la última oportunidad a los españoles, con Purito muy empeñado en anotarse una de las etapas y seguir vistiendo el maillot de lunares rojos hasta el final.
España domina a día de hoy, y como en los últimos años, el ránking de la UCI por países. Es la obra del pasado, con corredores en la última fase de sus carreras. Purito y Valverde, 35 y 34 años respectivamente, son en este Tour los exponentes de una generación de oro que irá perdiendo fuelle frente a los jóvenes, y no precisamente españoles.
La semana de montaña en los Vosgos y los Alpes ha cerrado, momentáneamente, el ciclo de victorias alemanas, cuatro al esprint (tres de Marcel Kittel, una de Andre Greipel) y una en escapada (Tony Martin).
Por otro lado, la dureza de los recorridos ha acentuado la euforia entre la opinión pública francesa, convencida de que se subirán al podio de París uno o dos compatriotas. Y que mientras pelean entre Romain Bardet y Thibout Pinot por esos puestos y la clasificación de jóvenes, otros corredorees como Tony Gallopin consiguen vestirse de amarillo, aunque sea fugazmente, y ganar etapas, como sucedió con Blel Kadri o con el propio Gallopin.
En Alemania no se puede ver el Tour de Francia en la gran televisión pública, que le ha dado la espalda a la carrera que tanto auge vivió en su país entre 1995 y 2007. La ascensión y caída de Jan Ullrich ha conducido los destinos del ciclismo alemán, de lo más alto al subsuelo, a imagen del ganador del Tour 1997 y su equipo Deutsche Telekom-T-Mobile.
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