Edenor y Edesur pidieron ayuda para pagar sueldos
La crisis del sector eléctrico llegó a niveles inusitados: si bien Edenor y Edesur son empresas privadas que están a cargo de un servicio público fundamental, sus ingresos, diezmados por las demoras en la recomposición de tarifas y la inflación, no les alcanzan para pagar los sueldos del personal. Por eso le pidieron al Gobierno, responsable del retraso en la readecuación de las facturas, que se haga cargo de ellos.
Aunque nunca lo reconocerá en voz alta, la Casa Rosada estuvo de acuerdo con el reclamo. Al menos así lo muestran los hechos, ya que el Gobierno firmó convenios con las empresas y en los últimos días les giró el dinero.
Edesur, por ejemplo, pagará mañana los salarios con esos recursos. La empresa espera recibir unos 650 millones de pesos del Estado para cubrir los aumentos salariales entre mayo de este año y abril del próximo, según un documento que pudo ver LA NACION. Algo similar ocurrirá con Edenor, que tiene necesidades mayores.
Los problemas para hacer frente a los sueldos son un capítulo más de la crisis del sector. A principios de mes, proveedores de materiales denunciaron que las distribuidoras no les pagaban por los insumos.
En el caso de los sueldos, la asistencia económica oficial a las dos empresas más grandes del sector, que no suelen recibir subsidios del Estado, llegó como resultado de un cruce de cartas y notificaciones de las compañías a organismos públicos. En todos transmitían la compleja situación que atraviesa el servicio eléctrico, algo que vienen pregonando desde hace años.
En esta ocasión, Edesur volvió a explicar sus dificultades de manera cruda. El gerente general de la empresa, Antonio Jerez Agudo, le envió el 9 de junio una misiva a Esteban Kiper, vicepresidente de Cammesa (la compañía administradora del mercado eléctrico, que manejan funcionarios del ministro de Economía, Axel Kicillof). Planteó que se dirigía «en el marco de la delicada situación de Edesur» para «solicitar se tramite y se otorgue un préstamo que permita a esta distribuidora [.] hacer frente al pago de los aumentos remunerativos» dispuestos por la Secretaría de Trabajo a principios de año. De esa manera, según Jerez Agudo, podrían «evitar medidas que vayan contra la prestación del servicio y que no se resienta aún más la situación económico-financiera de esta distribuidora».
Las empresas tomarán los fondos como un crédito que están dispuestas a devolver en una fecha curiosa: cuando el Gobierno les aumente los ingresos. Así lo dice la nota de Edesur: el dinero será «reembolsado únicamente cuando sea factible con la Revisión Tarifaria Integral».
CRISIS ANUNCIADA
Nadie en el Gobierno desconoce la crítica situación. No sólo porque sus ejecutivos la denuncian desde hace tiempo, sino porque Planificación y Economía participan de la gestión cotidiana a través de directores del Estado. El caso de Edesur es más evidente, ya que desde hace años tiene un interventor oficial.
Además, los números que envían a la Comisión Nacional de Valores (CNV) son cada vez peores. En los balances de Edesur que cerraron en junio y fueron presentados el viernes, la empresa acusó una pérdida de 967 millones de pesos en los primeros seis meses del año.
Edenor aún no difundió sus balances para el semestre. De todas maneras, los trimestrales muestran un rojo importante: 738,56 millones de pesos, más que los $ 510,43 millones del mismo período del año pasado.
La nota de Edesur recuerda que se les solicitaron medidas regulatorias para atender la crisis del sector eléctrico al Ministerio de Planificación (a cargo de Julio De Vido) y al de Economía (en manos de Axel Kicillof). También, a la Secretaría de Energía (ahora responde a Mariana Matranga, pero la nota había sido dirigida a su antecesor, Daniel Cameron) y al Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), que conduce Ricardo Martínez Leone, un hombre del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. De todas maneras, Edesur sostiene que la ayuda de Cammesa le permitiría cubrir «costos operativos recurrentes mientras se disponen soluciones a más largo plazo», una frase que parece más una expresión de deseo que algo que efectivamente vaya a ocurrir, ya que las empresas reclaman esa clase de soluciones desde la salida de la convertibilidad.
967 Millones de pesos perdió en el primer semestre Edesur, segunda entre las mayores distribuidoras de electricidad del país, debido a las demoras en la adecuación de sus tarifas.