El índice de precios de los alimentos de la FAO registró su mayor caída
Los precios internacionales de los alimentos básicos se mantuvieron en baja en agosto como consecuencia del elevado volumen de suministros, el descenso de los precios de la energía y la preocupación por la desaceleración económica en China.
Los precios internacionales de los alimentos básicos se mantuvieron en baja en agosto como consecuencia del elevado volumen de suministros, el descenso de los precios de la energía y la preocupación por la desaceleración económica en China, factores que contribuyeron a la mayor caída del índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en casi siete años.
El índice tuvo un promedio de 155,7 puntos en agosto de 2015, 5,2 por ciento menos que en julio, el mayor descenso mensual desde diciembre de 2008.
El índice de precios de los alimentos de la FAO es un índice ponderado en base a los intercambios comerciales que hace el seguimiento de los cinco principales grupos de productos de alimentos básicos en los mercados internacionales: cereales, carne, productos lácteos, aceites vegetales y azúcar.
En agosto, el índice de precios de los cereales promedió 154,9 puntos, con un descenso de 7 por ciento respecto de julio y de 15,1 por ciento respecto del año pasado, impulsado por la caída de los precios del trigo y el maíz, que revirtieron dos meses consecutivos de aumentos.
Las continuas mejoras en las perspectivas de producción para 2015/16 fueron en gran parte responsables del descenso de los precios de los cereales.
El índice de precios del aceite vegetal cayó 8,6 por ciento en agosto; el de los productos lácteos cayó 9,1 por ciento y el azúcar bajó 10 por ciento; mientras que los precios de la carne se mantuvieron en agosto prácticamente sin cambios respecto del mes anterior.
Según las últimas previsiones de la FAO, la producción mundial de cereales en 2015 se sitúa en 2.540 millones de toneladas, 13,8 millones de toneladas más de lo esperado en julio, pero todavía 21 millones de toneladas (0,8 por ciento) por debajo del récord de 2014.
La actualización al alza estuvo impulsada principalmente por mejores condiciones de crecimiento que las previstas en Argentina (maíz), Brasil (maíz) y Estados Unidos (maíz y sorgo), que compensaron con creces una caída en la producción de maíz en la Unión Europea, donde el tiempo seco y caluroso afectó a las expectativas de rendimientos.
El pronóstico de la FAO para las existencias mundiales de cereales al cierre de las temporadas en 2016 se elevó en casi 12 millones de toneladas desde julio -a 643 millones de toneladas-, debido a las perspectivas más optimistas de los cultivos, que sitúan los inventarios finales de la presente temporada tan sólo 6 millones de toneladas (1 por ciento) por debajo de su nivel récord de apertura.