El lado oscuro de Steve Jobs
Gibney -responsable de un demoledor documental sobre la Iglesia de la Cienciología- trata de desmitificar y humanizar la figura de Jobs, un visionario del marketing y de los negocios, conocido por su carácter despótico y sus complicadas relaciones personales.
¿Qué hizo que a fines de 2011 miles de personas en todo el mundo mostraran públicamente su pesar por la muerte de Steve Jobs, el fundador de Apple?
¿Se debió al carisma que desprendía quien acabó convirtiéndose en uno de los íconos de la industria tecnológica de Silicon Valley? ¿Fue una manera de dar las gracias al hombre que dio al mundo productos innovadores como el iPod, el iPhone o el iPad?
Esas son algunas de las preguntas que Alex Gibney, ganador de un Oscar en 2008, intenta responder en su documental «Steve Jobs: The Man In The Machine» (Steve Jobs: el hombre en la máquina), que llegó hace unos días a los cines de Estados Unidos.
Gibney -responsable de un demoledor documental sobre la Iglesia de la Cienciología estrenado a principios de este año- trata de desmitificar y humanizar la figura de Jobs, un visionario del marketing y de los negocios, conocido por su carácter despótico y sus complicadas relaciones personales.
El estreno de «The Man In The Machine» coincidió con la presentación en público en el festival de cine de Telluride, en Colorado, de la película «Steve Jobs», dirigida por el británico Danny Boyle y basada en parte en la biografía del fundador de Apple escrita en 2011 por Walter Isaacson.
La cinta de Boyle, con Michael Fassbender de protagonista y Aaron Sorkin de guionista, muestra también algunos de los aspectos de la vida personal de Jobs menos conocidos por el gran público y ha contado con la colaboración de Steve Wozniak, cofundador de Apple.
En el caso del documental de Gibney, ninguno de los actuales responsables de la compañía tecnológica de la manzana han accedido a ser entrevistados.
Eddy Cue, vicepresidente de Apple Internet, llegó a asegurar que se trata de «un retrato miserable e inexacto de mi amigo».
«No es el Steve que yo conocí», dijo Cue en un mensaje en la red social Twitter.
Su hija Lisa
Uno de los episodios de la biografía de Jobs que aparecen en «The Man In The Machine» y que más repercusión está teniendo en la prensa es el del trato que tuvo con su hija Lisa, nacida en 1978, fruto de su relación con Chrisann Brennan, con la que rompió antes de que esta diera a luz.
Durante años, Jobs se negó a reconocer su paternidad, que quedó establecida en una prueba de ADN, cuya fiabilidad puso en en duda en numerosas ocasiones.
Siendo ya un multimillonario, se limitó a pasarle a su hija una manutención de unos pocos cientos de dólares.
Con el tiempo, restableció los lazos con la joven, quien acabó adoptando su apellido.
En el documental de Alex Gibney también queda claro que Jobs no sólo tuvo una vida personal complicada.
Discrepancias
Tampoco fue fácil el trato con sus subordinados en Apple, debido a su fuerte temperamento y a su obsesión por controlar todos los detalles de los productos de la compañía.
En «The Man In The Machine» se puede escuchar el testimonio de Bob Belleville, director de ingeniería de Macintosh en los 80, quien asegura que perdió a su mujer y a sus hijos por las exigencias de trabajar con Jobs.
El filme también pone el foco en las discrepancias entre la imagen de Apple que vendía Jobs, quien aseguraba que pretendía hacer «un mundo mejor», y las penosas condiciones en las que se fabricaban algunos de los productos de la compañía.
El caso más publicitado fue el de la empresa china Foxconn, encargada de producir el iPhone y el iPad, y en la que en un periodo de dos años 18 de sus trabajadores se suicidaron, un hecho que, según se desprende del documental de Gibney, no le quitó el sueño a Jobs.
La ética del fundador de Apple también queda en entredicho en episodios como el de la creación de esquemas financieros destinados a evadir el pago de impuestos en EE.UU. con el establecimiento de empresas pantalla en Irlanda.
O cuando fue investigado por las autoridades en 2006 por la presunta alteración de documentos de su empresa para aumentar el valor de opciones sobre acciones garantizadas en manos de varios directivos, un caso por el que acabó pagando uno de sus subordinados.
Enfrentamiento con Gizmodo
En el documental de Gibney también se relata el enfrentamiento de Jobs tuvo con la publicación tecnológica Gizmodo, que en 2010 tuvo acceso a uno de los modelos de iPhone que todavía no había salido al mercado y que un empleado de Apple se había dejado olvidado en un bar.
Gizmodo examinó y fotografió el aparato antes de devolvérselo a Apple, lo que al parecer enfureció a Jobs y a los altos ejecutivos de la empresa, que según el filme, podrían haber tenido algo que ver en el registro que la policía realizó a la vivienda del editor de la publicación.
Alex Gibney ha asegurado que en su documental no pretendía pintar a Steve Jobs como un villano, sino buscar una explicación a la mística que rodea al fundador de Apple y a la propia compañía.
«La esencia de Jobs»
Mikey Campbell, editor de la publicación Apple Insider, asegura que el filme de Gibney «capta la esencia de Steve Jobs y la férrea voluntad que tenía de convertir a Apple en la compañía que es hoy en día, en muchos casos sin tener reparos en pasar por encima de sus compañeros o incluso de su familia».
«No hay duda de que se trata de una visión más crítica de Jobs y de su vida de lo que estamos acostumbrados, aunque era bien conocido que no era una excelente persona, al menos por la manera en la que se comportaba con los que le rodeaban», dice Campbell en conversación con BBC Mundo.
«Es sabido que Jobs trataba a Apple y a sus productos como si fueran sus hijos y lo demás no parecía importarle mucho».
«No creo que que Gibney presente un retrato injusto de Jobs, aunque el hecho de que no pudiera entrevistar a los actuales responsables de Apple o a su viuda, hace que le falte algo de equilibrio al documental», señala Campbell.
Para Pamela McClintock, periodista de la revista The Hollywood Reporter, el estreno del filme de Gibney y de la película dirigida por Danny Boyle, demuestra «que todavía hay mucho interés en la figura de Steve Jobs».
«El público quiere saber cómo era realmente como persona», señala McClintock.
«Creo que Gibney y su equipo decidieron estrenar el documental ahora aprovechando el tirón que está teniendo también la película», le explica la periodista a BBC Mundo.
«Es probable que muchos espectadores que vean la película también quieran ver el documental para tener una idea más completa de la figura de Jobs», apunta.
El tiempo dirá si las revelaciones de «The Man in The Machine» afectan la imagen de un hombre y de una empresa que han sido clave en la revolución tecnológica del siglo XXI.
Fuente: BBC Mundo