El legajo de la identidad de Guido
Un año después de iniciada la dictadura, en 1977, el doctor Julio Luis Alberto Sacher escaló a oficial inspector, revistió tareas en Olavarría hasta que lo trasladaron a Azul. Además de haber firmado el acta de nacimiento apócrifa de Ignacio Guido, hay fuertes sospechas de que prestó su nombre para apropiar la identidad de otros menores. Tiempo Argentino accedió en exclusiva a su legajo.
El 2 de junio de 1978 fue una fecha paradigmática en la vida de Ignacio Guido Montoya Carlotto. Fue el inicio de una mentira que se extendió por casi cuatro décadas. Y el médico Julio Luis Alberto Sacher fue uno de los principales responsables. Cada segundo día de junio, Guido, bajo la falsa identidad de Ignacio Hurban, festejó su cumpleaños.
El reconocido ginecólogo y obstetra olavarriense prestó su nombre –y matrícula– para legitimar una partida de nacimiento apócrifa, que selló el destino del nieto de Estela Carlotto por 36 años. La aparición de Sacher en un documento clave para la pesquisa sobre la apropiación del Nieto 114 no es azarosa. En aquellos años, el doctor revistaba en la Policía Bonaerense, según revela su legajo personal, al que Tiempo Argentino accedió en exclusiva.
Se desempeñó en esa fuerza por 31 años. Sacher ingresó a esa fuerza de seguridad bonaerense en diciembre de 1966, con 30 años de edad. Revestía tareas en Olavarría con el rango de oficial ayudante bajo la categoría «escalafón profesional». El oficial Sacher había ingresado a la Bonaerense durante la dictadura de Juan Carlos Onganía (1966-1970) como médico. Tenía un objetivo: hacer carrera. Lo logró. Se retiró de ella en 1997, como comisario inspector, destacándose como «un conocido profesional», según lo describe el diario local El Popular.
MALDITA POLICÍA. La salida de Sacher coincidió con el final de la Maldita Policía al frente de la fuerza, un apelativo que remite a una época en que el poder de mando de la Bonaerense, a cargo en lo formal del «duro» Pedro Klodczyk, estaba en manos de comisarios caudillos con zona liberada para casi todos los delitos. Desde entonces, Sacher ejerció como ginecólogo y obstetra privado. Actualmente, con 78 años, atiende en el primer piso de un chalet de Olavarría ubicado sobre la calle General Paz al 3200. Este diario intentó contactarlo pero no lo logró.
De acuerdo a su expediente personal, Sacher ejerció en Olavarría como médico de la Bonaerense hasta fines de la década del ‘70. Su legajo revela que el 1º de marzo de 1976, veintitrés días antes del último golpe de Estado, el ginecólogo se desempeñaba como oficial subinspector. Poco más de un año más tarde, el 21 de marzo de 1977, sus superiores lo beneficiaron con un ascenso, por lo que se convirtió en oficial inspector. Su destino fue la comisaría de Olavarría. Allí cumplió funciones hasta abril de 1979.
UNA PARTIDA, VARIAS INCÓGNITAS. Los investigadores presumen que en esos años Sacher facilitó su nombre para avalar un crimen aberrante. Lo cierto es que aún es una incógnita cuándo suscribió la partida del nieto de Estela de Carlotto. La fecha apócrifa acredita el falso nacimiento de Ignacio Hurban un 2 de junio de 1978. Pero, según se pudo reconstruir a partir de los relatos de sobrevivientes del centro clandestino de detención La Cacha, donde estuvo secuestrada Laura Carlotto, Guido nació en una maternidad clandestina el 26 de junio de ese mismo año. Es decir, 24 días después de la fecha que figura en el documento. Según informaron fuentes judiciales cercanas a la investigación, en la partida se lee, claramente: «Sacher, Julio Luis A.».
Consciente del grave delito que estaba avalando –al fin y al cabo se trataba de un agente policial–, Sacher no plasmó ni su firma, ni su DNI ni su número de matrícula. Junto a su nombre se ve el del niño, la firma de la delegada o delegado del registro civil (intervenido durante la última dictadura) y la rúbrica de los padres de crianza de Ignacio Guido. La maniobra, que buscó legitimar una partida trucha, fue tan desprolija que no habría existido certificado de parto, es decir, una constatación del hecho, un documento que exige la normativa.
La ausencia del tal documento es lógica porque en los hechos, el parto no existió. En ese documento debiera figurar el nombre del hospital donde nació el bebé, un sello de ese centro de salud; la hora precisa de nacimiento, y debe tener la firma y datos del médico que realizó el parto. La justicia está investigando si ese certificado jamás existió en el caso de Guido, o si fue destruido por las fuerzas armadas que intervinieron el Registro Civil durante la represión.
Todo hace sospechar que el documento falso se elaboró en Olavarría, lo que abona a la teoría de que Carlos Francisco «Pancho» Aguilar, poderoso empresario agropecuario local, podría ser el «último eslabón de la cadena» en la apropiación del bebé robado, tal como se desprende de una denuncia radicada en Abuelas de Plaza de Mayo, en 2010. Allí se sindica a este ex dirigente de la Sociedad Rural local como «entregador» de Guido Montoya Carlotto.
La justicia federal deberá corroborarlo. Sacher culminó sus funciones en Olavarría el 2 de abril de 1979. Al día siguiente, el médico cambió de destino. Bajo el rango de oficial inspector lo trasladaron a la comisaría de Azul, donde cumplió tareas hasta julio de 1982. Abandonó el cargo como oficial principal.
El 6 de aquel mes, un mes después de finalizada la Guerra de Malvinas y con la dictadura muy debilitada, Sacher ingresó al Cuerpo Médico policial de Azul. Allí lograría dos ascensos: entrada la democracia fue nombrado subcomisario y en 1989, comisario. Se retiró de la fuerza en 1997, durante el menemismo, con el rango de comisario inspector.
MÁS CASOS. ¿Cuántas partidas más llevarán la firma del ex médico de la Bonaerense? La respuesta al interrogante promete una nueva investigación y no se descarta que surjan otros casos similares al de Montoya Carlotto. «Hay serias sospechas de que se han hecho (en Olavarría) trámites de anotaciones de niños que figuran como hijos biológicos cuando no lo serían», señaló Carmelo Vinci, referente de la Comisión por la Memoria de Olavarría a Tiempo Argentino.
LA PISTA BONAERENSE. El pasado policial de Sacher alimenta una de las diversas hipótesis que barajan los investigadores: la que apunta como posible partícipe de la apropiación de Guido al difunto coronel de caballería Filiberto Francisco Salcerini Soffredini, asesor y mano derecha de Ramón Camps, titular de las policías Bonaerense y Federal durante la última dictadura militar. Salcerini Soffredini, tal como adelantó este diario en su edición del 10 de agosto, estaba casado con Raquel Fassina, prima política de Carlos Francisco «Pancho» Aguilar, principal sospechado de entregar a Guido a la familia Hurban.
El rol de Salcerini está siendo investigado por la justicia federal. De acuerdo al Informe de la Memoria de Olavarría, la mano derecha de Camps tenía vínculos con otra figura a la que apuntan los investigadores: el ex coronel Ignacio Aníbal Verdura, jefe del Área 124 entre 1975 y 1977 y conocido de «Pancho».
Verdura es uno de los cuatro acusados que será juzgado por 21 crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino Monte Peloni, en un juicio que se inicia el próximo 22 de septiembre. Así, el nombre de Sacher es una clave que podría permitir responder los principales interrogantes que giran en torno a la apropiación del nieto de Estela de Carlotto. « profesional «ilustre» Julio Sacher es un profesional reconocido de Olavarría.
Según recuerda el diario local El Popular, el ex médico de la Policía Bonaerense fue convocado por otro destacado doctor olavarriense, Ricardo Viñuales, cuando asumió la dirección de la Clínica María Auxiliadora, uno de los establecimientos más importantes de la ciudad.
El medio gráfico recordó en una necrológica sobre Viñuales que «amplió y modernizó notoriamente su infraestructura junto con sus colegas amigos Jorge Scala, Julio Sacher, Omar Cea y Jorge Aramburu». Se sabe, en los pueblos es común que las familias “reconocidas” se vinculen entre sí. Comparten eventos y espacios de encuentro.
Por eso no sorprende que la familia Viñuales esté vinculada de manera indirecta con la Aguilar. Francisco Aguilar, hijo de «Pancho», está casado con María del Pilar Andreu, una mujer de la clase alta olavarriense. Cuando falleció el empresario agropecuario, el 26 de marzo pasado, el segundo pésame lo realizó la familia Viñuales-Andreu. Bonaerense Otros médicos Augusto López (ginecólogo) y Luis Seambelar (urólogo) integraban el equipo médico policial de Olavarría.