El Parlamento de Venezuela aprobó abrir un juicio político contra Maduro
La Asamblea Nacional de Venezuela aprobó el martes el inicio de un juicio político contra el presidente Nicolás Maduro bajo acusaciones de quebrar el orden constitucional, intensificando la crisis política en el atribulado país petrolero.
Tras una discusión de dos días, el parlamento, de mayoría opositora, resolvió citar al presidente a comparecer el próximo martes ante el pleno como parte del procedimiento, detonado por el malestar que generó la postergación de un referéndum revocatorio del mandato de Maduro.
Sin embargo, a diferencia de lo que pasó en Brasil, donde hace dos meses la presidenta Dilma Rousseff fue destituida tras un juicio político, la medida del Congreso podría ser anulada por la Corte Suprema, que dictaminó en agosto que todas las decisiones del Congreso carecen de validez.
Buscando todos los resquicios legales para acortar el mandato de Maduro, la Asamblea además evaluará la figura de «abandono del cargo», argumentando que el presidente traicionó los designios para los que fue elegido, como respetar la Constitución, la democracia y buscar el bien común. Esa figura contempla la convocatoria a elecciones.
En una acalorada sesión, la Asamblea acordó «iniciar el procedimiento de declaratoria de responsabilidad política del presidente de la República» y su comparecencia «a fin de que exponga sobre su posible responsabilidad por las graves violaciones a la Constitución y los derechos humanos».
Maduro desestimó la iniciativa, calificándola como un intento de generar zozobra coordinado desde Estados Unidos.
«Podrán ir a su rincón de amargura, pegar cuatro gritos y de allí no pasarán», dijo en un acto con miles de seguidores.
El mandatario dijo que activó al Consejo de Defensa de la Nación, un órgano encargado de proponer políticas de seguridad, para evaluar el «golpe parlamentario». Para ello, convocó a los presidentes de todos los poderes públicos y también al presidente del parlamento, el opositor Henry Ramos.
La semana pasada, el Consejo Nacional Electoral (CNE) pospuso hasta nuevo aviso un referéndum revocatorio contra Maduro apoyándose en sentencias de cortes regionales que, según juristas, no tienen potestad para prohibir un derecho constitucional.
Con eso, enterró la posibilidad de que la consulta se celebre antes del 10 de enero del 2017. Si se realiza después de esa fecha, no es necesario celebrar nuevas elecciones y sería el vicepresidente quien concluiría el mandato de Maduro, asegurando la permanencia del chavismo en el poder hasta el 2019.
La alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) consideró la suspensión de la consulta como una violación a la Constitución y dijo que batallará en tres frentes para restituir el hilo democrático: en la Asamblea, en las calles con masivas manifestaciones y en el ámbito internacional.
La oposición responsabiliza a Maduro por la aguda crisis que atraviesa el país petrolero, con la inflación más alta del mundo, recesión económica, constantes fallas en los servicios públicos y tenaz escasez de alimentos y medicinas.
Los parlamentarios oficialistas desestimaron las acusaciones contra Maduro, asegurando que el pretendido juicio «es un adefesio, un bodrio jurídico».
«La figura del juicio de responsabilidad política no existe en Venezuela para el Presidente de la República», dijo Edwin Rojas, diputado del Partido Socialista Unido (PSUV). «Han hecho una copia chimba (de mala calidad) del ‘impeachment'», agregó.
El alto mando de las Fuerzas Armadas también se pronunció el martes, ratificando su «incondicional lealtad» al Presidente.
Luego de que el lunes el enviado personal del Papa Francisco anunciara que el diálogo entre el Gobierno y la oposición había iniciado formalmente y que el domingo se llevaría a cabo la primera reunión en la isla de Margarita, varios partidos que hacen vida en la MUD negaron su participación.
Y el martes, los principales líderes de oposición condicionaron el diálogo a la celebración del revocatorio antes de la fecha clave, libertad de los «presos políticos», ingreso de ayuda humanitaria e independencia de los poderes públicos.
«Cada vez que tienen el agua al cuello hablan de diálogo (…) pero no es para que se resuelva la crisis», se quejó Henrique Capriles, líder de la oposición, agregando que si las conversaciones no se dan en Caracas, no habrá diálogo alguno.
No obstante, Maduro dijo que irá al diálogo el domingo.
La oposición convocó a «tomar Venezuela» el miércoles en masivas manifestaciones, una nueva pulseada con el oficialismo, cuyos seguidores marcharon el martes en apoyo al mandatario.