El Parlamento griego vota la última propuesta del gobierno a los acreedores
El plan promete recortes en jubilaciones y subas de impuestos a cambio de un rescate de tres años por 53.500 millones de euros y algún tipo de alivio de deuda, y aunque ya tuvo elogios de Italia y Francia, aún resta saber la opinión de Alemania y de otros países.
La oferta, contenida en un documento de 13 páginas, hace concesiones a los acreedores en varios puntos que la coalición del primer ministro Alexis Tsipras -y el pueblo griego en un referéndum celebrado el domingo pasado- había rechazado, aunque busca limitar cambios en otras cuestiones espinosas.
La propuesta comenzó a ser estudiada hoy por los acreedores de Grecia, quienes durante el fin de semana celebrarán una serie de reuniones para decidir si aprueban el que sería el tercer «rescate» financiero para el endeudado país europeo desde que perdió el acceso a los mercados de crédito, en 2010.
«Nos enfrentamos a decisiones cruciales», dijo hoy Tsipras a los diputados de su coalición Syriza durante un encuentro preparatorio de la votación de esta noche en el Parlamento en Atenas, que llegará horas antes de que el plan griego sea sometido a juicio de los ministros de Finanzas del euro, o Eurogrupo, mañana.
Tras ser recibido con aplausos, y en un intento de evitar un posible desafío a las medidas de su propio partido, el premier izquierdista llamó a los legisladores a dar un «cerrado» respaldo a las propuestas para asegurar la permanencia de Grecia en el euro, informó la agencia de noticias estatal griega ANA.
Con el debate en el pleno Tsipras busca además asegurarse el apoyo de su propio grupo parlamentario, donde en los últimos meses se han registrado las mayores protestas contra las medidas de recorte, y además fuerza a los partidos de la oposición a dar un mandato inequívoco para la negociación.
El líder del partido opositor To Potami, Stavros Theodorakis, predijo que una «gran mayoría» respaldará la propuesta, advirtiendo que no hay más tiempo para discusiones y que el pueblo griego quiere un acuerdo que ponga fin a «la angustia y el estrangulamiento» que sienten.
En el otro extremo, el líder del ala izquierdista de Syriza, el ministro de Energía, Panayotis Lafazanis, afirmó que el plan «no es compatible» con el programa de la coalición, que «no ofrece ninguna perspectiva para la economía» y que «el ‘No’ del pueblo en el referéndum no puede traducirse en un ‘sí’ humillante».
La oferta de Grecia será discutida mañana por los ministros de Finanzas de la zona euro, o Eurogrupo, antes de una cumbre de líderes de los 28 países de la Unión Europea (UE) prevista para el domingo.
El plan comenzó a ser estudiado hoy por las tres instituciones acreedoras de Grecia, la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo y el FMI, quienes luego la elevarán a la consideración del Eurogrupo, dijo el vocero de la CE, Margaritis Schinas, en conferencia de prensa en Bruselas.
Aunque el gobierno de la canciller de Alemania -el principal acreedor de Grecia-, Angela Merkel, se negó hoy a comentar la propuesta, el presidente de Francia, Francois Hollande, dijo que era «seria y creíble».
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, dijo en Roma que estaba confiado en que se alcance un acuerdo «ya mañana» durante la
reunión del Eurogrupo, informó la agencia de noticias EFE.
El presidente del Eurogrupo, el ministro de Finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem, dijo que el paquete griego era «exhaustivo», aunque no quiso especular sobre si será suficiente para convencer a sus pares.
Imposibilitada de financiarse en los mercados dado los intereses que debería pagar, Grecia recibió ya dos rescates por 240.000 millones de euros de sus socios de la eurozona, el BCE y el FMI desde 2010, que sin embargo no fueron suficientes para cubrir su enorme rojo en las cuentas públicas.
Tras seis meses de ásperas negociaciones, durante los cuales Grecia entró en mora con el FMI al incumplir un pago de deuda y perdió el acceso a miles de millones de euros al expirar su segundo rescate, el 30 de junio, el país solicitó un tercer rescate esta semana por tres años y 53.500 millones de euros.
Ayer, una hora y media antes de vencer el plazo dado por sus acreedores, Grecia presentó el paquete de medidas económicas que se le exigen a cambio del nuevo préstamo.
La propuesta hace lugar a las exigencias de los acreedores respecto a elevar la edad de jubilación, subir el IVA y acelerar privatizaciones de empresas estatales, pero busca limitar cambios como exenciones impositivas a las islas griegas y recortes al gasto en Defensa.
El «rescate» pedido por Grecia al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) serviría para cubrir los vencimientos de aquí a junio de 2018.
En este periodo, Grecia debe abonar 46.000 millones de euros de bonos en poder de BCE y préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI), así como 7.500 millones de euros para la devolución de créditos tomados en los últimos meses por las agencias gubernamentales.
Las negociaciones se han realizado en medio de un «corralito» en Grecia, con los bancos cerrados desde hace dos semanas y los ahorristas griegos impedidos de retirar de los cajeros más de 60 euros por día.
Muchos comerciantes se niegan a aceptar pagos con tarjeta de débito o crédito y exigen sólo efectivo.
Todas las transferencia de dinero al exterior requieren de un permiso especial del gobierno.