El paro tuvo un acatamiento dispar
El tercer paro convocado por las centrales sindicales opositoras contra el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner fue el que menor acatamiento obtuvo a raíz del funcionamiento de subtes y colectivos, la menor participación de militantes de izquierda en los piquetes y la postura de muchos de los grandes sindicatos nacionales que no adhirieron a la medida.
Al hacer una evaluación de la huelga promovida por los secretarios generales de la CGT Azopardo, Hugo Moyano; de la Azul y Blanca, Luis Barrionuevo; y de la CTA opositora, Pablo Micheli; el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, aseguró que «la gran mayoría de los argentinos ha concurrido a trabajar» por lo que «no se puede decir que lo que hoy ocurrió sea un paro general».
Asimismo, Tomada se refirió a la dimensión mediática del paro impulsado por los gremios opositores al referirse a “los protagonistas del raiting de hoy” y señaló que los cortes y los piquetes “desprestigian, distorsionan, debilitan cualquier protesta y la convierten en un hecho de minoría”.
El ministro afirmó que “han intentado producir el lógico daño económico que implica una medida de este tipo”, pero aclaró que “no lo han logrado” porque “el aparato productivo de nuestro país funcionó normalmente”.
La medida de protesta no contó con la adhesión de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) ni con la mayoría de los delegados del subte, situación que provocó que hoy la ciudad de Buenos Aires amaneciera con un servicio prácticamente normal de colectivos y subterráneos, en tanto que los trenes no funcionaron por el paro de los maquinistas y algunas de las nuevas formaciones del ferrocarril Sarmiento sufrieron ataques.
En ese sentido, en su cuenta oficial en la red social Twitter, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner afirmó: «Atentado contra los vagones 0KM del Sarmiento. Sí, los vagones nuevos. Los que costaron US$1.270.000 cada uno. Quién hace esto, los trabajadores? Sin palabras».
Más temprano, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, había anunciado que por este motivo “se presentó una denuncia penal contra los delegados sindicales Edgardo Reinoso y Mónica Schlotthauer, que responden al dirigente Rubén ‘Pollo’ Sobrero”.
La jornada de protesta contó con piquetes de partidos de izquierda en los principales ingresos a los grandes centros metropolitanos, pero también de integrantes del Sindicato de Camioneros en seis provincias, a pesar de que Moyano había asegurado ayer que no compartía esa metodología, pero que no podía «evitarlo».
Las dos provincias que más sufrieron el accionar del moyanismo fueron Santa Fe y Tucumán, pero también se sintió en La Pampa, Chaco, Buenos Aires y Corrientes.
Según el diputado nacional por el Frente de Izquierda, Néstor Pitrola, la función de los piquetes es la “disuasión” de los trabajadores para “reforzar el paro resuelto por las organizaciones obreras”.
Otro de los sectores que respaldó el paro convocado por las centrales sindicales opositores, fue el que representa el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, quien sin embargo hoy evaluó que el paro «a lo mejor no fue tan contundente como otros”.
En la conferencia de prensa, Tomada detalló que la concurrencia al trabajo en la zona centro del país fue de un 80 por ciento, en la zona pampeana un 65 por ciento, en la regional Cuyo un 80 por ciento, en el Conurbano entre un 55 y 60 por ciento, en el NEA un 85 por ciento, en el NOA un 75 por ciento y en la zona Austral un 65 por ciento.
Asimismo, el ministro de Trabajo criticó «la violencia ejercida sobre los medios de transporte», a la vez que aseguró que en la Argentina «se respeta y se respetará el derecho a la huelga que hemos defendido entre todos», pero que no ocurrió lo mismo «con el derecho de otro a trabajar».
En cambio, en una conferencia de prensa realizada en la CGT Azopardo junto a Barrionuevo y el líder de Uatre, Gerónimo “Momo” Venegas, Moyano aseguró que están “satisfechos por la adhesión a pesar de las presiones del Gobierno”, pero no quiso dar a conocer porcentajes de adhesión.
Por la mañana, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, había asegurado que «hay 20 gremios que efectivamente no adhieren y sólo 8 que manifestaron su adhesión», porque «no hay justificación de una medida de fuerza de esta naturaleza, que es de naturaleza política y responde al arco opositor».
Además de los Camioneros, Uatre y Gastronómicos, adhirieron al paro en la rama de trenes los maquinistas de La Fraternidad y algunos delegados de la Unión Ferroviaria que responden al «Pollo» Sobrero; en los subtes, la línea B; y en el transporte aerocomercial, la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) de Ricardo Cirielli.
En tanto que hubo paros parciales en Judiciales, en ATE y en los docentes de Ctera, Suteba, FEB y Udocba, a partir de la adhesión de sectores disidentes de izquierda.
Por su parte, la Asociación Bancaria cumple una medida de fuerza este jueves que no se da en el marco del paro convocado por las CGT Azopardo, Azul y Blanca y la CTA opositora.