El reality show de Trump «El aprendiz» se convirtió en semillero inesperado de políticos en todo el mundo
Es Trump, es el hombre del momento y nadie esperaba su desembarco en el Salón Oval hace algunos años, cuando se convirtió en estrella de un reality show de la televisión hace más de una década con su gruñido característico «youre fired!» (¡estás despedido!). Por entonces, pocos en los círculos más altos de los Estados Unidos se tomaron el programa en serio. Parecía un paso más para generar fortuna, fama y vulgaridad, no el comienzo de una carrera presidencial.
Estaban equivocados, por supuesto. «The apprentice» (El aprendiz) no sólo sentó las bases para que Trump se convirtiera en una admirada figura pública, sino también lanzó una marca global que le aportó millones y lo convirtió en un artífice virtual de reyes en tierras lejanas. Han surgido derivados del programa en más de dos docenas de países que han formado un sorprendente grupo de estrellas de televisión a la manera de Trump que se convirtieron en políticos.
En Brasil, un ex anfitrión del show local fue elegido recientemente alcalde de San Pablo. En el Reino Unido, otro se convirtió en el zar de los emprendimientos gubernamentales. En Finlandia, uno de ellos es miembro del Parlamento, y en Georgia otro fue primer ministro.
«Dos años en los realities de la TV me hicieron ganar algunos puntos», dijo Joe Doria, un rico empresario brasileño dueño de una compañía de relaciones públicas en San Pablo, quien fue el presentador de la versión local entre 2010 y 2011 y ahora es alcalde de su ciudad. «El programa me ayudó a cultivar la imagen de un administrador».
Harry Harkimo fue el anfitrión de la versión finlandesa, llamada «Diili»; acuerdo, en finlandés; en 2009 y 2010, antes de ser elegido para ocupar un escaño en el Parlamento en 2015. Como muchos presentadores de los programas derivados de «The apprentice», adoptó el estilo de Trump y lanzaba órdenes a los competidores, señalándolos con el dedo y ladrándoles: «Sa saat potkut!» ¡estás despedido!», en finlandés. Harkimo, dueño del equipo local de hockey sobre hielo, elogió a Trump en un artículo que escribió en diciembre.
Elegir al mejor
El show se convirtió en uno de los más exitosos formatos de reality de la televisión en la década pasada y en él han participado más de mil competidores de todo el mundo, que rivalizan por un empleo con el anfitrión. Cada temporada suele empezar con hasta dieciocho candidatos divididos en equipos para completar diversas tareas y desafíos empresariales en el marco de plazos ajustados, y el presentador elimina a uno o más competidores por semana basado en sus fracasos o éxitos.
Algunos han aumentado la apuesta para acentuar el dramatismo. Alan Sugar, quien ha presentado la versión británica desde 2005 y es miembro de la Cámara de los Lores, ofrece una inversión de u$s312.000 en la idea de negocios del ganador. Esto encaja perfectamente con su rol de zar de los emprendimientos del gobierno británico, donde se le encargó alentar la formación de nuevas empresas.
Aunque muchos de los presentadores del espectáculo siguieron los pasos políticos de Trump, muchos no son fanáticos de él en absoluto. «Su forma de ser no es algo que yo aprecie», dijo Doria, el alcalde de San Pablo. Sugar es también, desde hace tiempo, uno de sus críticos. En abril comparó a Trump con Hitler en un tuit.
Replicado en decenas de países, el show
es uno de los formatos más exitosos