EL Vaticano pide por la paz
Más de 80 combatientes del grupo Estado Islámico (EI) murieron ayer en ataques de la aviación iraquí en la ciudad de Mosul, bajo control yihadista desde hace cuatro días, en tanto que el Vaticano exigió una firme condena por parte de los líderes religiosos del mundo contra los crímenes y la persecución que están sufriendo los cristianos y otras minorías a manos de los radicales islamistas en esa región, lo cual generó que unas 50 mil personas hayan huido en los últimos días hacia las regiones autónomas kurdas y a Siria. El bombardeo que produjo más víctimas tuvo lugar en la localidad de Sinyar, a 90 kilómetros al oeste de Mosul, la segunda ciudad más importante de Irak, donde fueron atacados la sede del Partido Democrático del Kurdistán (PDK) –tomada por los rebeldes sunnitas del EI– y un convoy de los yihadistas en el Monte Sinyar, dejando un saldo de al menos 73 muertos. Los ataques dejaron un gran número de heridos en las filas del EI, entre los que estaba un destacado líder del grupo islamista, que viajaba en uno de los vehículos del convoy, según informó ayer el jefe de seguridad de la provincia de Nínive, Mohamed al Bayati. Según Al Bayati, otros dos misiles atacaron una posición del EI en la zona de Al Kaiara, a 50 kilómetros al sur de Mosul, lo que provocó la muerte de otros ocho combatientes, entre ellos un dirigente radical. Además, un helicóptero que llevaba ayuda humanitaria a refugiados en el norte de Irak se estrelló ayer, dejando un saldo de dos muertos y más de 20 heridos. La ofensiva yihadista en el norte de Irak se afianzó con la toma de Mosul el pasado 10 de junio. Desde ese día, el grupo extremista continúa sus conquistas con el objetivo de ampliar el califato que proclamó en los territorios bajo su control en Irak y la vecina Siria. El ataque incluye la persecución y el hostigamiento de las comunidades religiosas minoritarias del país. Por esa razón, el Vaticano pidió ayer a los líderes religiosos y especialmente a los musulmanes, una condena firme contra los crímenes y la persecución que están sufriendo los cristianos y otras comunidades religiosas a manos del EI. «La difícil situación de los cristianos, yazidíes y de otras comunidades religiosas y minorías étnicas en Irak requiere una postura clara y valiente de los líderes religiosos, especialmente los musulmanes», se lee en un comunicado del Consejo Pontificio para el Diálogo Religioso. La reacción del Vaticano tiene que ver con que en los últimos días unas 50 mil personas huyeron de los extremistas desde las montañas de Sinyar, en el norte de Irak, hacia las regiones autónomas kurdas y hacia Siria, según informó ayer el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).