En las uñas de Nisman no hallaron ADN
El informe con los resultados de la pericia está en manos de la fiscal Viviana Fein. En las muestras tomadas sólo se encontró material genético del ex jefe de la UFI AMIA. Tampoco hay lesiones defensivas en sus manos ni en el resto del cuerpo. Esto abona la hipótesis del suicidio, pero no resulta determinante.
Según consignó Tiempo Argentino, el examen de las diez uñas extraídas del cadáver del fiscal Alberto Nisman indican que no hay rastros de ADN de otra persona con la que hubiera estado en contacto. A diferencia de, por ejemplo, el crimen de la adolescente Ángeles Rawson, donde el rastro genético hallado en tres de sus uñas sirvió como principal elemento de acusación contra el portero Jorge Mangeri, en las uñas de Nisman no aparece rastro de otra persona.
Ello, sumado a que tampoco hay lesiones defensivas en sus manos y en el resto del cuerpo, configuran un cuadro indiciario que parece desacreditar la teoría del homicidio, que sostiene su ex mujer y madre de sus dos hijas, la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado.
El informe sobre el resultado «negativo» de ADN de otra persona en las uñas de Nisman fue recibido por la cuestionada fiscal Viviana Fein a mediados de la semana pasada. Luego sobrevino la avalancha de reproches de Arroyo Salgado hacia la fiscal y finalmente la recusación por presunción de parcialidad, que la jueza Fabiana Palmaghini deberá resolver probablemente después de Semana Santa.
¿El dato de las uñas resulta definitorio para descartar la teoría del homicidio? Ciertamente no. Nisman pudo no haberse defendido y, en consecuencia, no tenía por qué quedar rastro de su supuesto agresor en su cuerpo. Aún habiéndose defendido, en el hipotético caso de un ataque, pudo no haber quedado.
Para cerrar el cuadro probatorio hay dos datos que, a raíz de las presentaciones de Arroyo Salgado, seguirán en la lista de espera: la data de la muerte, que debía surgir de la junta médica prevista para mañana y suspendida por la fiscal Fein a pedido de Arroyo Salgado, y la actividad de la computadora personal de Nisman, en la que aparece un acceso a diarios y a una cuenta de e-mail habitualmente utilizada por el fiscal (del servidor gratuito Yahoo!) el domingo 18 por la mañana. Arroyo Salgado deslizó que ese acceso fue por vía remota, pero el abogado Maximiliano Rusconi, defensor de Diego Lagomarsino (quien tenía las claves para acceder de esa manera a la computadora de Nisman) replicó que fue desde la propia máquina. Ni una cosa, ni la otra, están siquiera mínimamente certificadas en el expediente. Menos aún: los peritos informáticos de ambas partes jamás mencionaron, ni aún informalmente, tales hipótesis.
¿Hay alguna otra forma de certificar si Nisman estaba vivo el sábado 17 de enero por la noche, cuando según el peritaje encargado por Arroyo Salgado a sus expertos ya había fallecido?
La investigación parece orientarse a la búsqueda de datos que puedan ser confirmados por testigos. Por ejemplo, llamadas telefónicas –entrantes y salientes– de los teléfonos de Nisman. Si las hubiera, la fiscal debería identificar el número con el cual tomó contacto la línea de Nisman, citar a su titular y preguntarle si efectivamente habló con el difunto fiscal. ¿Hay algo de eso, ya, en el expediente? La respuesta es «sí». Pero no es todo lo contundente que los investigadores necesitan.
La fiscal Fein ordenó también el peritaje criminológico, que busca determinar desde un punto de vista mecánico y físico cómo murió Nisman. Pese a que el criminólogo Enrique Prueger presentó el miércoles pasado documentación que acreditaba su condición, salvando de esa manera las razones que llevaron a que la jueza Palmaghini anulara su designación como «perito oficial», Fein no volvió a elegirlo y optó por otros profesionales.
La irregular designación de Prueger fue el eje central de la recusación de Arroyo Salgado contra Fein.
La fiscal anunció ayer, en declaraciones a la radio La Red, su disgusto con la actitud que asumió en el expediente la querellante Arroyo Salgado. Y anticipó que su respuesta a la recusación que le planteó el viernes pasado, a las 13:20 (diez minutos antes del cierre del horario de recepción de escritos en Tribunales) será dura y enérgica (ver aparte).
En rigor, Fein nunca descartó la hipótesis del homicidio que le propuso Arroyo Salgado, aunque de su tarea investigativa se desprende claramente que supone que Nisman no fue asesinado. Pero ante la sospecha nunca expresada claramente por Arroyo Salgado sobre Lagomarsino, la fiscal dispuso librar un exhorto a la Justicia de Estados Unidos pidiendo información sobre la cuenta en el banco Merryl Lynch de la que el ex empleado informático de la UFI Amia era co-titular junto con Sandra Nisman y Sara Garfunkel, hermana y madre de Nisman, quien figuraba como «apoderado». El exhorto debe todavía cumplir una serie de pasos procesales en la Procuración General de la Nación, por lo que todavía no salió de la Argentina. El pedido debe ser muy preciso, no sólo en cuanto a quién va dirigido sino, y especialmente, en la descripción del contexto judicial en el que se pide la información. Caso contrario, la respuesta del exterior siempre será negativa.
Nisman tenía cuentas bancarias en al menos otras tres entidades que operan en la Argentina: el Banco Patagonia, el Banco Macro y el Banco Ciudad. La fiscal también pidió informes sobre esos productos bancarios.
Aníbal, Arroyo y las «inconductas» de Nisman
El jefe de Gabinete nacional, Aníbal Fernández, insistió en sus cuestionamientos a Alberto Nisman por sus «inconductas» cuando estaba a cargo de la investigación del atentado a la AMIA, y aclaró que nunca criticó a la ex esposa del fallecido fiscal, Sandra Arroyo Salgado. «Nunca hablé mal» de ella, aseguró el ex senador, y aclaró que sólo hizo mención a las «inconductas de su esposo. Si eso le molestó, lo siento».
El funcionario ha cuestionado públicamente al fiscal por el modo en que llevó adelante la investigación por la voladura de la AMIA, causa que tenía a su cargo y para la que se creó una fiscalía especializada.
«A un fiscal con tantos empleados a cargo y con un presupuesto» como el que manejaba Alberto Nisman para investigar la voladura de la AMIA «hay que pedirle un mínimo de verosimilitud en la denuncia» que presentó contra la presidenta Cristina Fernández, dijo el jefe de Gabinete en declaraciones a radio América, en referencia a la presentación que realizó Nisman días antes de morir.