Endurecimiento de la CGT: congela diálogo con el Gobierno y prepara medidas de fuerza
La CGT comenzó ayer a mover sus engranajes más temprano que nunca: en una cumbre marplatense amagó con suspender el diálogo con el Gobierno y resolver la semana próxima medidas de fuerza por la persistencia de los despidos, los avances por decreto sobre la legislación laboral, la pérdida de poder adquisitivo y los intentos de flexibilización de los convenios colectivos. Fue el diagnóstico mayoritario en un encuentro de todas las líneas internas de la central obrera en un hotel del gremio gastronómico.
El endurecimiento de la CGT tiene varios protagonistas: a la cabeza, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) por la crisis sin horizonte que atraviesa la industria local de computadoras frente a la apertura de las importaciones y por la falta de acuerdo en el bono de fin de año con la mayoría de sus cámaras empresariales. Pero también se pronunciaron a favor de ir al conflicto con el Gobierno los sindicatos del transporte y la Asociación Bancaria, por mantenerse vigente el peso de Ganancias sobre sus ingresos; los aeronáuticos y los postales, que temen despidos masivos en Aerolíneas Argentinas y el Correo Argentino, respectivamente, y otros gremios en riesgo, como los textiles y el del calzado.
La posibilidad de una suspensión del diálogo se hizo palpable en momentos en que el Gobierno avanza con un paquete de reformas laborales que aspira a imponer por decreto de necesidad y urgencia con aval implícito de la CGT, como adelantó este diario. Ese combo, que incluye un blanqueo laboral, el relanzamiento de las pasantías y facilidades para la contratación de personal nuevo y de beneficiarios de planes sociales, tuvo como anticipo los decretos con que el Ejecutivo dispuso reformas en el régimen de riesgos de trabajo y modificó el esquema de feriados nacionales.
La respuesta inicial de los dirigentes fue de rechazo en todos los frentes. El triunvirato de líderes integrado por Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, junto a dirigentes de todas las líneas internas coincidieron en avisar que no prestarán su aval para el decreto de ART y el de los feriados, y que en lugar de dar pasos hacia los esquemas reformistas que impulsa el Ministerio de Trabajo la CGT irá a un plan de lucha. La fecha para definirlo será el jueves próximo en la reunión del Consejo Directivo, lo que será el reinicio formal de actividades de la central obrera.
Además del trío de jefes participaron ayer de las deliberaciones el anfitrión, el gastronómico Luis Barrionuevo; el metalúrgico Francisco Gutiérrez, los municipales Amadeo Genta y Rubén «Cholo» García, Rodolfo Daer (Alimentación), los dirigentes del transporte Omar Maturano (maquinistas de trenes) y Mario Caligari (colectiveros, UTA), Agustín Amicone (calzado) y Sergio Romero (docentes, UDA), entre otros. En representación de Hugo Moyano, que se quedó en Buenos Aires para participar de las negociaciones con el Gobierno por el fútbol, estuvo uno de sus hijos, Facundo. También concurrió el petrolero patagónico Guillermo Pereyra, quien debió explicarles a sus pares los detalles del acuerdo que la administración de Mauricio Macri busca usar como ejemplo por la adecuación a la baja de sus condiciones laborales.
Al término de las deliberaciones, Héctor Daer avisó: «No vamos a permitir que se nos ponga tope a las paritarias ni que avancen sobre los derechos de los convenios colectivos de trabajo». Schmid, a su turno, dijo que «los despidos y las suspensiones» serán el eje de la reunión del Consejo Directivo del jueves que viene.