Eric Clapton cumple 70 años
Eric Clapton hoy cumple 70 años. Nació el 30 de marzo de 1945, y antes de la mayoría de edad era una figura en todo el mundo. La vigencia y el estilo de un grande.
En Argentina, una frase del legendario mago René Lavand resultó perfecta para ilustrar su capacidad, estilo y talento. «No se puede hacer más lento,» decía frente a su público o cámaras de televisión, y repetía el truco a una velocidad aun menor, volviendo a impactar a todos con el resultado.
Según Tiempo Argentino, en Inglaterra, el guitarrista Eric Clapton recibió el apodo de «Slowhand» (Mano lenta), que podría aplicarse de manera similar, porque lograba deslumbrar a cualquier ritmo. En realidad fue un juego de palabras ideado por su manager Giorgio Gomelsky en 1964, que hacía referencia a su tranquilidad para cambiar una cuerda en pleno concierto cuando se rompía, a la vez que bromeaba con su alta velocidad para hacer solos de guitarra.
Con los años, sin embargo, Eric Clapton descubrió que las enseñanzas de los viejos bluseros eran ciertas: tocar muy pocas notas podía ser tan efectivo como emprender una carrera toda velocidad. Parar un poco, estirar una cuerda en el momento indicado, y seguir adelante con la canción. Así se forjó el estilo del Clapton de las últimas décadas: pasando del solo enloquecedor (y único) al punteo exquisito, donde cada nota respira e impacta en el oyente con fuerza contenida. El mejor ejemplo, por supuesto, fue su famoso concierto Unplugged para la cadena MTV, donde Clapton y su banda desenchufaron sus instrumentos y tocaron una selección de canciones para un especial televisivo que luego salió en CD. Se sentaron, portaron guitarras acústicas, dobros, bajo acústico, percusión, teclados y coros… y se vendieron más de 10 millones de copias.
Vista en perspectiva, la carrera de Eric Clapton, que hoy cumple 70 años de edad, posee todos los elementos para una apasionante película sobre el rock, el blues y la música popular en general. No en vano fue eje central de un antológico documental dirigido por Martin Scorsese, Nothing But The Blues. Su vida entera incluye escenas tan cinematográficas como el rápido arribo al estrellato, con inscripciones tipo graffitti en las paredes de Londres con la frase «Clapton es Dios», la sucesiva consagración con diferentes grupos, la aparición en un disco de los Beatles, la adicción a las drogas, la traición a un amigo (George Harrison) al robarle su novia (Pattie «Layla» Boyd), la muerte trágica de un pequeño hijo, y el éxito como solista.
Hoy, después de una carrera que supera las cinco décadas, Eric Clapton sigue siendo el auténtico héroe o dios de la guitarra, por encima de cualquier otro. No hay otro guitarrista de rock que haya tenido un suceso tan sostenido a lo largo del tiempo. Sus pares más prestigiosos, como Jeff Beck, Jimmy Page, Pete Townshend o Keith Richards, siguen siendo nombres relevantes y famosos, capaces de llenar estadios, pero ninguno consiguió seguir sacando discos de ventas masivas.
No todos fueron goles de media cancha, es cierto, pero una y otra vez Clapton logró volver a la cima, a veces con premeditación y alevosía, otras aparentemente por accidente. Su impacto en los años ’60 propulsó a una generación entera a abrazar la unión del rock con el blues, mientras que en la década del ’70 sorprendió con su efectivas incursiones en el reggae y la música country. En los años ’80 no fue ajeno a la explosión del pop y los videoclips, y probó diferentes productores y repertorio hasta dar en el clavo en 1989, con Journeyman, donde estaban los hits «Before You Accuse Me», «Pretending» y «Bad Love». Con look renovado de trajes Armani, llegó por primera vez a Buenos Aires y deslumbró en el estadio de River, desarrollando una lista de temas que obviamente incluyó temas clásicos como «Wonderful Tonight», «Cocaine», «I Shot The Sheriff», «Sunshine of Your Love».
Esa gira de 1990 no sólo fue una consagración en Argentina, sino una renovación de público, con llegada a una nueva generación de fans que poco sabían de bandas como Yardbirds, John Mayall & the Bluesbreakers, Cream, Blind Faith o Derek and the Dominos, pero fue material que lentamente fueron redescubriendo.
Quizás esa dinámica sea justamente uno de los secretos de la vigencia de Clapton: su capacidad para impactar a un público con una canción, y a partir de ahí comienzan a revisitar su pasado. Con el paso de los años, viejos y nuevos fans se unen en sus shows y disfrutan con igual pasión.
Hoy con nuevo compilado en camino, Clapton prepara el terreno para su siguiente paso. Ya se dio el gusto de grabar con B.B. King, reunir a Cream, recorrer el repertorio de Robert Johnson, y hacer un homenaje a J. J. Cale. Siempre con impacto mundial y éxito, dando una mano a nuevso valores y apadrinando a quienes hoy son figuras, como Robert Randolph, Doyle Bramhall II, Derek Trucks y Gary Clark, Jr.
Hoy, con una trayectoria tan ilustre, Clapton sigue cosechando elogios y logros. En mayo, por ejemplo, se convertirá en el primer músico inglés que ingrese en el Blues Hall of Fame, en Tennessee. Con su eventual concierto de cumpleaños en el Royal Albert Hall, también en mayo, alcanzará la impresionante cifra de 200 fechas en ese lugar tan emblemático del rock.
Hay una famosa definición de David Crosby con respecto a este héroe: «Los Beatles hicieron que todos los chicos quisieran salir a comprarse una guitarra, pero Eric Clapton los inspiró para aprender a tocarla.» De hecho, apenas el año pasado, el nuevo furor del pop Ed Sheeran declaró que Clapton fue el músico que lo inspiró para aprender a tocar, después de verlo en el Jubilee Concert de la Reina, en 2002.
En cifras, vendió 129 millones de álbumes. En currículum, trabajó con todos los grandes de su tiempo, como Frank Zappa, los Beatles, Aretha Franklin, Mark Knopfler y Bob Dylan. En 2003 fue elegido en el segundo lugar de los 100 guitarristas más grandes de todos los tiempos sólo por detrás de Jimi Hendrix.
Es Clapton. Es Dios.
Los conciertos de festejo en Nueva York
El legendario estadio Madison Square Garden de Nueva York fue elegido especialmente para los dos conciertos de festejo de cumpleaños, los días 1 y 2 de mayo. Esas actuaciones marcarán un regreso al lugar donde tocó por primera vez hace 46 años, el 2 de noviembre de 1968, con Cream. En total, Clapton tocó más veces en ese escenario que en cualquier otro lugar de Estados Unidos, un total de 45 oportunidades,
Estos recitales incluirán una formación donde estarán los músicos Paul Carrack, Steve Gadd, Nathan East, Chris Stainton, Sharon White y Michelle John, con la inclusión adicional de su viejo amigo y compañero Andy Fairweather Low como telonero, con su banda The Low Riders.
Estos dos conciertos marcan el regreso de Calpton a un escenario, desde que culminó una pequeña gira con fechas limitadas en 2014, cuando tocó en como artista principal del New Orleans Jazz and Heritage Festival, y luego viajó a Japón, Singapur, Emiratos Arabes, Bahrain, Inglaterra, Alemania, Austria y Polinia.
Todos los detalles del nuevo álbum, Forever Man
Un compilado triple. Se anuncia para el 28 de abril la salida en Estados Unidos, Canadá y México de un nuevo álbum de Eric Clapton, Forever man, que en realidad es un exhaustivo compilado que recorre canciones de toda su carrera. La edición en el resto del mundo será el 11 de mayo.
El contenido de Forever man varía de acuerdo al formato. La versión más completa traerá 51 temas en tres CD. Habrá otra variante de sólo dos CD y 38 temas (sólo para descarga digital) y también un lanzamiento en vinilo, con dos placas y «apenas» 19 canciones.
El concepto detrás de los tres discos de la versión más extensa es separar el repertorio en tres grandes grupos: canciones grabadas en estudio, temas grabados en vivo, y blues.
CD1 – Studio: «Gotta get over», «I’ve got a rock ‘n’ roll heart», «Run back to your side», «Tears in heaven», «Call me the breeze», «Forever man», «Believe in life», «Bad love», «My father’s eyes», «Anyway the wind blows» (con J.J. Cale), «Travelin’ alone», «Change the world», «Behind the mask», «It’s in the way that you use it», «Pretending», «Riding with the King» (con B.B. King), «Circus» y «Revolution».
CD2 – Live: «Badge», «Sunshine of your love», «White room», «Wonderful tonight», «Worried life blues», «Cocaine», «Layla» (unplugged), «Nobody knows you when you’re down & out» (unplugged), «Walkin’ blues» (unplugged), «Them changes» (con Steve Winwood), «Presence of the Lord» (con Steve Winwood), «Hoochie Coochie Man», «Goin’ down slow» y «Over the rainbow».
CD3 – Blues: «Before you accuse me», «Last fair deal gone down», «Hold on, I’m comin’» (con B.B. King), «Terraplane blues», «It hurts me too», «Little Queen of Spades», «Third degree», «Motherless child», «Sportin’ life blues» (con J.J. Cale), «Ramblin’ on my mind», «Stop breakin’ down blues», «Everybody oughta make a change», «Sweet home Chicago», «If I had possession over Judgement Day», «Hard times blues», «Got you on my mind», «I’m tore down», «Milkcow’s calf blues», «Key to the highway» (B.B. King).
El tema que da título al compilado (Forever man) es un famoso tema de Clapton, editado originalmente en 1985, en el álbum Behind the sun. Llegó al puesto número 1 del Top 100 del Billboard Top Rock Tracks, y fue su segundo single en alcanzar semejante éxito.
En sus propias palabras
«Con The Yardbirds, de pronto llegó una etapa donde hacíamos giras en paquete con las Ronettes, Billy J. Kramer, los Kinks, Small Faces y muchos más. En esa instancia perdimos a los seguidores de la época de tocar en clubes, y cuando hicimos el show navideño de los Beatles comenzamos a sentir el peso de no tener un hit. Los shows duraban 20 minutos a media hora, donde había que ser muy entretenido o tener muchos hits. Realmente no estaba claro cómo íbamos a sobrevivir sin dinero, porque tampoco podíamos regresar al circuito de clubes. Nos pusimos a probar muchos temas, y nos pareció que uno de Otis Redding podía funcionar, así ue nos meimos en el estudio y fuimos con un tema propio del bajista Paul Samwell-Smith, ‘For Your Love’, que convenció a todos, al punto que ni llegamos a grabar el cover. Eso me deprimió, porque yo estaba convencido del potencial del tema de Otis, así que mi actitud con el grupo se tornó amarga, y me hicieron saber que quizá debía partir. Ya habían visto tocar a Jeff Beck y sabían que se podía adaptar mejor a las decisiones que yo. Yo me estaba encerrando en mí mismo, y me había convertido en un tipo intratable. Cuando me fui, me sentí mejor.
Con toda la etapa de Cream estaba volando en un viaje de ego propulsado por las frases que decían ‘Clapton is God’. ¡Yo creía que era lo mejor que existía en la música popular! El golpe de realidad llegó con la primera crítica negativa, que fue en Rolling Stone, donde decían que éramos aburridos y reiterativos. La contundencia del concepto me golpeó, literalmente, y me desmayé en un restaurant. Cuando me desperté, decidí de inmediato que era el final del grupo. Creo que en la última época estábamos volando con ojeras, y no veíamos las otras cosas que estaban sucediendo en el rock, con la aparición de nuevos valores. Estábamos viviendo del pasado, de una leyenda de uno o dos años atrás.
Recuerdo cruzarme a menudo con John Lennon, que era un tipo tímido y levemente amargo, pero también un hombre dulce. Creo que había una pica entre él y George Harrison, porque John también tocaba bastante bien la guitarra. A George le gustaba mucho Cream, así que creo que él le comentó a John sobre mi estilo, y así fue como llegué a las sesiones de ‘While My Guitar Gently Weeps’. Años más tarde, John me llamó para ir a Toronto en cuestión de horas, así que me encontré en el aeropuerto con él, Alan White y Klaus Voorman. Viajamos en primera clase y me enseñaron los temas durante el viaje. ¡Recuerdo que tomé tanta cocaína que vomité y me desmayé! De todas formas, fue una gran experiencia.
En cuanto a Blind Faith, había una falta de dirección. Quizás nos parecía que bastaba con ganar buen dinero, pero así es como tomó el mando la discográfica. Yo estaba incómodo, así que me fui con Delaney y Bonnie.»