Escándalo en la familia de la presidenta chilena
La mala hora de Bachelet empezó hace unas tres semanas, cuando la revista Qué Pasa publicó un reportaje cuestionando el crédito de unos $us 10,3 millones a favor de Natalia Compagnon, la esposa de Sebastián Dávalos, hijo mayor de la Mandataria.
Ese dinero sirvió para la compra de terrenos en el municipio de Machalí, cercano a la capital chilena, Santiago. Según La Tercera, el 9 de febrero la firma Caval Limitada, que hizo el negocio, cerró la venta en $us 14,5 millones. Es decir, una ganancia líquida y aproximada de $us 4 millones, descontando los intereses por el préstamo.
Un elemento clave de la investigación es que la compañía de Dávalos y Compagnon tenía poco menos de $us 10.000 como patrimonio, al momento de hacerse el préstamo de los $us 10,3 millones.
El crédito fue entregado en diciembre de 2013 y el negocio de la reventa se hizo recientemente. Así todo quedó al descubierto recientemente y las críticas sobre la familia presidencial no se hicieron esperar.
El ministro de Justicia, José Antonio Gómez, negó que se produjera tráfico de influencias en la obtención del crédito y subrayó que se trató de una operación entre un banco y una empresa privada. “No es una operación irregular, es completamente regular y corresponde a una acción de privados, y no hay ni un recurso público invertido”, dijo hace un par de semanas.
Dávalos, arrinconado por las críticas, presentó su dimisión. Bachelet, por su parte, quien recibió el escándalo estando de vacaciones, afirmó a la vuelta en una conferencia de prensa que quería llevar total claridad al pueblo chino.
Las declaraciones de la mandataria, sin embargo, no lograron calmar las aguas ya que muchos creen que el crédito no se podría haber gestionado sin el apoyo presidencial.