Femicidios: una mujer muere cada 18 horas en Argentina
El Instituto de Políticas de Género «Wanda Taddei» realizó un informe en donde revela que la cifra de una mujer cada 30 horas cambió y en lo que va del año ya murieron casi 60 en manos de su pareja o ex pareja.
El año pasado en este mismo mes era un asesinato cada 30 horas, pero esa cifra se ve modificada constantemente y ahora la brecha se achicó de manera agresiva. Es que en los primeros 43 días del año, un total de 58 mujeres fueron asesinadas en el marco de la figura legal de femicidios. Así lo revela un informe del Instituto de Políticas de Género «Wanda Taddei». Ergo, una mujer muere cada 18 horas en manos de un hombre que la cree parte de su propiedad.
El tema es que además de que se modifique la cifra, ahora también cambió la modalidad y ya no son sólo las vidas de las víctimas de violencia de género las que se pierden en manos de femicidas sino, además, la de sus familiares y amigos. La figura Femicidio vinculante se vuelve «tendencia» en la legalidad y el miedo a ser mujer y estar en pareja con un hombre violento aumenta.
En diciembre, el Instituto Wanda Taddei, que fue la mujer a la que su pareja, Eduardo Vázquez baterista de Callejeros, la prendió fuego, realizó un informe donde alertaba que a pesar de las marchas contra la violencia de género que se hicieron en 2016, en los últimos cien días del año se habían registrado 133 crímenes sufridos por mujeres en un contexto machista.
Y en el informe de los primeros 43 días del año, consignando los 31 de enero y 12 de febrero, la organización civil lleva registrados 58 casos de mujeres asesinadas en femicidios.
Acá vale hacer una salvedad y dar, tal vez, un mensaje de «aliento» en este terrible escenario de violencia. Si las cifras aumentaron cuando a su vez aumentó de manera considerable y visible, la lucha y persecución a la violencia machista, ¿no será, tal vez, en respuesta a un cambio?
Digo, ¿no es que cuanto más se lucha más resistencia se encuentra? Cuando empieza a generarse el cambio, cuando se acerca a un objetivo claro, al nicho duro de la violencia, es en donde se da la batalla más cruenta, la del descontrol. La de «ya estamos jugados, nada nos importa ya».
Este aumento puede tener que ver con las marchas y la concientización respecto a la violencia de género, sí y tal vez a un mayor registro de estos casos. De una u otra manera, la ferocidad está en aumento y va mucho más rápido que el Estado y la Justicia que aún, con los esfuerzos puestos en este tema de agenda, no logran alcanzar, ya sea por negligencia o pocos recursos, a estos personajes que poco tienen de enfermos y mucho de esta sociedad machista.