Final de lujo
Roger Federer irá por su octavo Wimbledon. Tras imponerse en semifinales sobre al canadiense Milos Raonic por 6-4, 6-4 y 6-4, el suizo jugará su novena final en All England –estiró su récord- e irá por su octavo título en All England. Como si fuera poco, Federer, a partir del lunes, será el tercer jugador del ránking ATP. En frente, tendrá a Novak Djokovic, que de doblegar al suizo volverá a ser el número 1 del mundo.
Federer demostró a sus 32 años que sigue vigente y que su hambre de gloria se renueva a cada segundo. Tras una temporada y media sin títulos de Grand Slam, el suizo, cuarto favorito, no tuvo demasiados problemas para dar cuenta de Raonic en sets corridos (8°).
El de Basilea, que accedió a su final número 25 en torneos de Grand Slams, quebró en el game inicial y dominó a partir de la solidez de su servicio hasta llevarse el primer parcial en 28 minutos.
El segundo set fue parejo hasta el noveno game. Allí, Federer volvió a quebrar, esta vez con un notable revés paralelo que resultó inalcanzable para Raonic. Luego, el suizo cerró con un saque ganador el parcial.
El set final también comenzó a definirse en el noveno game, cuando Federer rompió el servicio de Raonic para, con su saque, cerrarl el tercer 6-4 y el partido sin problemas.
En la primera semifinal, sin jugar en su mejor nivel, Djokovic accedió otra vez a la final de Wimbledon. El número dos del mundo, campeón en el All England en 2011, venció al búlgaro Grigor Dimitrov (11°) por 6-4, 3-6, 7-6 (7-2) y 7-6 (9-7) y ahora aguarda en la definición del torneo por el ganador del duelo entre Roger Federer y Milos Raonic.
A Nole, que en caso de ganar el torneo volverá a desplazar de la cima del ranking mundial al español Rafael Nadal, le bastó con un quiebre en el quinto game para conseguir en el primer parcial la diferencia necesaria frente a su ascendente rival. Y parecía que seguiría por ese camino en el segundo parcial, cuando quebró en el tercer juego para pasar otra vez adelante. Pero Dimitrov demostró allí las razones por las que muchos lo señalan como una de las grandes promesas del circuito. No perdió la calma y se llevó cinco games consecutivos para clavar la chapa en el 6-3 y emparejar las acciones. Todo estaba en teoría como al comienzo, pero el búlgaro ya había mostrado que no se iba a resignar a ser un invitado a la fiesta.
En un tercer set muy parejo, en el que Djokovic por momentos perdió la calma por su imposibilidad de quebrar el plan de juego del rival, llegaron al desenlace en el tie-break. El serbio logró hacer pesar en ese momento su mayor experiencia y prevaleció por 7-2, aunque el buen nivel que mantenía Dimitrov dejaba en claro que la historia no estaba cerrada.
En el cuarto parcial Djokovic quebró en el tercer juego pero el búlgaro se recuperó en el game siguiente. Así llegaron al tie break, en el cual Dmitrov se adelantó 6-3 y dispuso de uno de los set points con su saque. Pero Nole emparejó el desempate y, en su segundo punto para partido, se llevó el encuentro con un passing de drive cruzado.