Golpean y roban a maestra

Un nuevo episodio de violencia se metió ayer dentro de una escuela. Esta vez fue en la Nº 74, ubicada en Gatica y Sarmiento, donde dos individuos ingresaron, dijeron que eran empleados de mantenimiento enviados por el Consejo Provincial de Educación y, a su salida, robaron y golpearon a una docente.
Alrededor de las 7, uno de estos hombres llegó a la escuela y le dijo a un portero que venía por las canaletas. El empleado le pidió que esperara a la directora, pero como ella es nueva en el establecimiento no sabía si con anterioridad habían solicitado personal de mantenimiento.
De esta manera, el hombre ingresó y, mientras tanto, otro joven lo esperaba en la puerta, donde hay una parada de colectivo, por lo que pasaba desapercibido simulando ser un próximo pasajero.
A la directora de la escuela le pareció que esta persona estaba borracha o drogada, ya que le costaba mucho hablar y tartamudeaba. Ella se puso a hacer cosas y el sujeto desapareció.
Mariela Mella, vicedirectora de la Escuela Nº 74, estaba llegando al colegio cuando vio salir corriendo a este hombre, que se subió, junto con  el que lo esperaba afuera, a la moto que estaba estacionada en la puerta.
Al doblar a la derecha, los individuos asaltaron brutalmente a una docente que estaba por ingresar a su turno.

Muchos porteros
“Yo creo que entraron buscando cosas, a ver qué se podían robar, pero no se imaginaban que iban a encontrar tantos porteros; aunque tuvieron tiempo de estudiar las instalaciones, uno adentro y el otro que hacía de campana en la vereda”, explicó Mella en declaraciones al programa Línea abierta de LU5.
La docente de 52 años estaba caminando hacia la escuela cuando la interceptan estas dos personas para robarle el maletín. Pero no fue solo un robo sino que recibió fuertes golpes en la cabeza, le pagaron  patadas; sentía dolor en un diente y su pómulo.
Ante esta situación, la mujer entró en pánico, y una vecina escuchó sus gritos y llamó rápidamente a la Policía. Luego llegó una ambulancia que se llevó a la señora hasta el Policlínico Neuquén, donde le hicieron placas y permaneció en observación hasta pasado el mediodía.
La docente es diabética, por lo que ante la violencia sufrida tuvo una suba de su azúcar en sangre. Por la tarde, ya se encontraba mejor, descansando en su vivienda.
La vicedirectora explicó que es común que lleguen al establecimiento personas de mantenimiento del CPE, pero que esta vez ellos no habían requerido ningún arreglo.