Guaymallén es la nueva Muropolis
MUROPOLIS desembarcó en Guaymallén para poblar de color y arte escuelas, barrios y espacios públicos. Fueron 30 los artistas que intervinieron la ciudad, la mitad de ellos llegaron desde Japón, Chile, Canadá, Brasil, España, Venezuela y Uruguay. Durante la semana que duró el encuentro se dictaron talleres y seminarios, se exhibieron documentales y realizaron muestras. La comunidad los acompañó expectante y curiosa, contribuyendo a la labor de los muralistas y celebrando la iniciativa.
“Fue un gran placer ser anfitriones y situar a Mendoza como una de las ciudades con mayor emergencia de arte urbano tanto en Argentina como en Sudamérica. Además nos nutrimos al compartir experiencias, prácticas y estilos artísticos. Fue una semana intensa en la que buscamos acercar éstos hábitos a la comunidad e informarla a través de talleres, seminarios y documentales sobre lo que acontece en el mundo con el arte urbano”, explicó Daniel Weiner, de la organización de MUROPOLIS.
Tras el festival, Guaymallén quedó poblada de coloridos murales en el Barrio Empleados de Comercio, en las escuelas Estrada, Cano y de los Niños Cantores y en el Espacio Julio Le Parc, donde se intervino el teatrino y un antiguo metro. Las obras, tan diversas como novedosas, plasmaron el arte del mundo en Mendoza.
“La comunidad aceptó la propuesta y la celebró al ver el resultado de los trabajos. Logramos que se familiarizaran con los artistas y sus obras, con los que entablaron relación mientras realizaban sus murales”, expresó Weiner.
Si bien los vecinos habían sido consultados con anterioridad sobre la factibilidad de pintar sus paredes, muchos no comprendían aún en qué consistía el arte urbano, algo que fueron descubriendo y aprendieron a valorar al compartir la actividad junto a los artistas. Tal es el caso de Jorge y Adela Tejada, una pareja de ancianos que viven en el Barrio Empleados de Comercio y contaron su experiencia. “El gallego (David De La Mano) era muy simpático, yo cuando podía me acercaba a charlar con él. Nosotros le ofrecíamos agua, porque hacía mucho calor, y el baño, pero no aceptó nada, era muy respetuoso. Cuando llegó me dijo que iba a hacer un tendedero, yo no entendí, pero igual me gusta. Si vos agarrás a diez personas y le preguntas que opinan de la obra todos van a opinar distinto, cada uno lo toma como lo quiere tomar”, señaló Jorge.
Por su parte, Adela se mostró muy contenta por cómo había quedado el barrio Empleados de Comercio tras la intervención de MUROPOLIS: “A los vecinos nos gustó y a cada rato pasan personas y se frenan a sacar fotos.Sería un pecado que algún dañino lo venga a manchar”, dijo.
María Palmisano tiene 65 años y es otra de las vecinas frentistas que compartió la experiencia junto a los artistas mientas pintaban su pared: “Estuve con los chicos mientras hacían su obra, todos muy cultos y educados. Si bien la obra no es de mi estilo, yo soy más clásica, me gustó mucho. En realidad creo que hay que saber de esto para entenderlo y apreciarlo, y bueno, así vamos todos aprendiendo un poquito, estoy muy contenta con lo que han hecho”, señaló la vecina.
Desde la comunidad educativa los chicos se mostraron felices por cómo quedaron sus escuelas. La directora de la Escuela Estrada, Marta Ginestar, lo expresó así: “Que los chicos vean arte me encanta, no solamente acá, en todo Guaymallén hay arte ahora y eso está bueno. Están muy contentos, la escuela es otra, invita a entrar, está llena de colores alegres”.